Insomnio y diosidencias: El inconsciente en busca de salidas de emergencia.

El arte del equilibrismo

¿Recuerdas cuando ibas al circo de pequeño?
O tal vez llegaste a ver en la televisión de esos shows en los que se mostraban actos asombrosos.

Había uno en particular, ese que hasta la fecha me impresiona y me coloca al filo de la butaca, con los nervios de punta y la expectativa de que algo malo suceda (así cómo en las decisiones de la vida).

Me refiero al acto del Volatinero que camina sobre la cuerda floja. Si has puesto atención, te habrás percatado de que el equilibrista necesita algunos componentes cruciales para poder cruzar la cuerda, tales como:
-La auto observación, necesitando estar atento a sí mismo, a lo que está pensando y sintiendo emocional y corporalmente, porque cualquiera de éstas cosas que lo perturben atraparan su atención y lo pueden distraer si se engancha con ellas, perdiendo de vista su objetivo, que es mantener el equilibrio adecuado.
-La capacidad de oscilar entre la visión periférica y focalizada al mismo tiempo, porque no sólo es autoobservar su mundo interno, sino también estar atento a lo que sucede alrededor, ya sea que obstaculice o ayude a llegar a la meta.
-Y el "contrapeso" o la barra de equilibrio, la cual será la herramienta para el volatinero que usará como una ayuda para buscar el equilibrio, de manera en que si de pronto viene un viento muy fuerte, él sepa manipular la vara inclinándose contra el viento.

El volatinero nunca se mantiene estático por completo ni en un punto medio exacto.
Él sabe que tiene que moverse, a veces sutil, delicada y casi imperceptiblemente, y otras veces más brusca y rápidamente, pero siempre dependiendo de las circunstancias internas y externas.

Él se conoce, el contempla y considera los elementos ambientales, él utiliza herramientas de ayuda, él se mueve, él tiene clara su meta, a pesar de las miradas expectantes que esperan lo peor.

Y así como este maravilloso arte que apreciamos con admiración, deberíamos aprender a vivir la vida. Buscando auto conocernos, contemplando a las circunstancias adversas como un camino necesario de recorrer que nos llevará a otro lugar, y utilizando nuestros recursos y herramientas disponibles, buscar el EQUILIBRIO entendido no como un punto medio o neutral, sino como un espacio cambiante en donde me siento tranquilo y seguro de pisar.