Vida

5 1 0
                                    

El que vive de

ilusiones muere de 

realidades

Maratón I


Crystal

Siempre creí que mi familia sería una normal, una la cual podía soñar cualquier cosa, porque hasta que me vine a Australia todo era común. 

No siempre fuí feliz, de hecho mi adolescencia fué la peor etapa de mi vida, pero nunca tuve problemas, ni preocupaciones con mi vida familiar.

Me gusta leer, bailar y cantar, aún que sea demasiado tímida, tengo el valor para hacer lo que me propongo. Nunca pensé que algo tan grade como la familia se podía partir en mil trocitos. Nunca supe lo que es que alguien te de la espalda, cuando tu siempre pondrías la mano en el fuego por el. Nunca imaginé que por culpa de dos personas una grieta atravesara el suelo y yo en medio. Nunca supe nada. Por que no sabía realmente lo que tenía delante, también es verdad que no tenía la edad como para darme cuenta, pero a medida que creces, les da igual que edad tengas.

Actitudes descaradas, miradas con asco, insultos y hasta llegar a darte con una silla y no pedir perdón, porque ya tienes la edad de saber lo que pasa en el mundo. Que hay conflictos y no los puedes arreglar porque llegan a extremos mayores en los que los niños como yo debemos saber pero no comentar.

Mi familia nunca fue normal, si que es verdad que había comidas familiares en fechas importantes, pero siempre acababa en lágrimas o gritos. 

En mi familia nunca fui comprendida, de pequeña siempre reía, pero porque no tenía preocupaciones o problemas, cuando pille a mis padres discutiendo mis limites explotaron y quise irme con mi abuela a Australia.

Me enamoré y volví a ser feliz, trabaje y trabajo en una editorial increíble donde gano el dinero para mantenerme a mi y a cuatro más. Pero no son esos mis problemas. Cada jueves tengo el día libre, y por la tarde voy a mi psicólogo. Las sesiones al principio iban estupendas, porque no le contaba la verdad a chris (mi psicólogo), porque me sentía insegura, no quería contarle mis problemas ya que no sentía que debía hacerlo así.

Cuando todo fue a más, mi relación con mi familia, el estrés del trabajo y muchas otras cosas más, rompí como un jarrón cuando cae al suelo.

Pero el problema no es ese, si no lo que pasó unos días después...

Continuará...

YO AÚN NO DECIDÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora