Me encontraba recostada sobre mis hombros dejándome llevar por la melodía que sonaba a través de mis auriculares, había tocado el timbre para salir de la salones. Sin embargo, no tenía amigas para poder salir a charlar y las otra chicas que me molestan no me harán nada en el salón, así que que prefería quedarme sola.
Tenía mis ojos cerrado disfrutando de la calidez del sol que entraba por las ventanas hasta que una sombra hizo que los abrieras de repente.
Era un chico.
Observaba como estaba hablándome, pero no entendía nada.
ーLo siento, ¿Que decías?ーSaqué mis auriculares.
Suspiró profundamente y se llevó una mano al rostro.
ーSoy Hwang Hyunjin, del curso A y venía a charlar contigoーDijo con una sonrisa.
ー¿Conmigo? ーAsintió.
ーSiempre que veo estás sola, así que vengo a hacerte compañía.
Tenía el cabello corto y era de color marrón, sus ojos cafés rasgados le hacía resaltar el lunar que tenía debajo de su ojo, sus labios gruesos firmaban una línea mientras sonreía mostrando sus hoyuelos.
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Comenzamos a entablar una pequeña amistad con Hyunjin... Lo apodé "Jinnie" era demasiado exagerado a veces y siempre me defendía cuando me molestaban nuestras compañeras, vaya, me siento especial ahora que lo pienso.
Le dije cosas que siquiera mí madre sabía.
ーTengo claustrofobia desde pequeñaーComenté.
ー¿Si?ーAsentíー En algún momento que sientas que las paredes a tu al rededor se comienzan a cerrar y si yo estoy a tu lado, solo toma mi manoーSonrió.
ー¿Que te causa miedo?ー Pregunté.
Estábamos en la azotea de la universidad, solo venían alumnos a besarse o a fumar cigarros.
ーMa da miedo quedarme soloーHabló mirándome.
Quiero estar siempre contigo
ーEntonces... Mientras estés conmigo no vas a tener miedo, no te quedarás solo, Hyunjinー Acabo de decir algo que nunca pensé que diría.
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Pasaban los días y sentía que cada vez nos conocíamos más. Hyunjin me había contado las cosas que habían pasado con sus padres que se habían separado cuando él era pequeño.
Pasamos los meses juntos hasta el primer año. Confiaba en él, al igual que él confiaba en mí. Tuvimos malos momentos, pero en unas horas lo arreglábamos con palabras sinceras por parte de los dos.
