1 Temporada - 1 Capitulo

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Narra Klaus Jäger

Era una mañana tranquila, el ruido del teléfono de mi oficina me despertó haciéndome brincar del susto, me había dormido sobre el escritorio nuevamente. Las pesadillas volvieron, no me sorprende, pasa más seguido que de costumbre. Pero a nadie le importa eso, agarre el teléfono con pocas ganas de hacerlo. Si los humanos nos respetaran como antes yo viviría sin problemas... Dios... como extraño representar el Sacro Imperio Romano Germánico.

- Al habla Klaus - contesté vagamente mientras me frotaba los ojos por el cansancio

- Señor, el Comandante Müller pide que se presente en la oficina de registros prisioneros inmediatamente - solo contesté con un "bien" y colgó sin esperar respuesta

- Ahora que querrán esos idiotas - susurré levantándome para vestirme y arreglarme si quiera un poco

En lo que me vestía pude escuchar un disparo, luego otros, luego otro, muchos gritos y luego más disparos. Vaya, ya no les tienen ni piedad a los niños.

Agarré mi sombrero militar y lo acomodé tratando de hacer que disimulara mi cabello, despeinado y sucio. En lo que me acomodaba la prenda sentí que me caía, oh no, nuevamente esa sensación. "Se acerca el final" pensé estresado. Me di cuenta de las marcas de mi cuello, unas quemaduras, unas cicatrices y oh eso... lo había olvidado; un símbolo de la hoz y el martillo en mi piel, una quemadura ya cicatrizada, me incomodaba tanto tenerla ahí sin poder hacer nada para eliminarla. Como recuerdo esa noche, el desgraciado de Nikolay usando un bastón de metal ardiente en mi cuello, más bien está en una zona que puede taparse... si no... ya estaría muerto, o eso creo.

Salí de la oficina minutos luego de contemplar la humillación que galardonaba en mi piel blanca, me dirigí a la oficina de registros y en cuanto entré todos los presentes voltearon a verme, yo no salude ni ellos  a mi. Se siente horrible ser ignorado de esta manera, aún no estoy muerto, aunque eso quisiera.

- Klaus - habló por fin el Comandante Müller

- Señor - le respondí en voz baja

- A de estar preguntándose por que lo llamamos aquí - dijo claramente feliz, como lo odiaba, yo no le respondí - Un grupo de ataque en las cercanías de Moscú halló a-

- Que sorpresa verte, Nikolay - aquella imagen alegro mi día inmediatamente - Salgan - ordené a la gente a mi alrededor, algunos me miraron y otros se miraban, saqué mi arma y le dispare a alguien de por ahí e inmediatamente todos salieron - Ah! que alguien me traiga una cerveza! - anuncié arrastrando una silla para ir cerca de mi amigo ruso, quien estaba atado a una silla, con algunas heridas en el rostro y la ropa sucia, tenía un trapo tapando su boca, la tiré hacia abajo y luego me senté, me trajeron la cerveza y saqué un vaso - Tiempo sin verte no? Cuanto? 3...4 años tal vez? - me miró en silencio y luego se soltó las ataduras de las manos

- 6 años desde la última vez, Nikolaus - me habló en tono de burla, yo sabía por que aquella indirecta

- Que infantil de tu parte, superalo de una vez - negué para pasarle un vaso con cerveza

- Más de Mil años haciendo lo mismo -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora