1 Temporada - 5 Capitulo -

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En completo silencio el alemán fue despertando de su estado de inconsciencia, estaba mareado y confundido.

Su cabeza daba vueltas y sus ojos le ardían al estar llenos de polvo, levantó las manos débilmente al notar las cadenas y ahí se quedó.

Quiso hablar pero las palabras no salían, quiso moverse pero su cuerpo no se movía.

Después de un par de minutos recuperando la consciencia y la posibilidad de moverse alguien entró a la celda.

4 paredes de concreto frío que finalmente se iluminaron por una vela débil casi apagada, levantó la vista cuanto pudo más esto no le ayudo en mucho, su cuello tronó causando un calambre, se retorció por esto más no emitió quejido alguno.

Su contraparte rusa se acercó a verlo con cierta pena y desdicha en la mirada ajena, se puso de cuclillas y levantó su mentón para verlo a los ojos, con delicadeza dejó la vela en la parte superior, había una piedra sobresaliente a pocos centímetros de la cabeza del fascista.

Hubo un silencio mientras ambos trataban de verse a los ojos sin sentir tantas punzadas atravesando sus patéticos corazones, más fue imposible.

- Dime todo - ordenó con cierta debilidad
- No sé nada - sentenció difícilmente
- Klaus, no me mientas, di todo... habla y podré soltarte -
- Como tienes los huevos de venir a pedirme favores cuando me encadenaste y me dejaste inconsciente? -  le reprendió a duras penas, el ruso no respondió, frunció el ceño y se levanto para luego irse

El alemán se tranquilizó al poder estar solo para recuperar la compostura, la luz de la vela le era algo molesta, pero era mejor que no poder ver nada.

Ya luego fue capaz de entender por que su captor la había dejado ahí.

La cera hirviendo comenzó a gotear sobre su cabeza, hizo a un lado su cabeza para que dejara de quemar su rostro; más ahí no se detuvo la tortura, las gotas de la cera comenzaron a caer sobre su cuello hacia su pecho y fue después de unos segundos que comenzó a moverse y quejarse para que quitaran eso de ahí.

No sucedió.

La vela se apagó 12 horas después de su comienzo tortuoso. El bolchevique regresó, se volvió a repetir, pero envés de dejar una vela dejó ahí un jarrón con agua que tenía una pequeña rajadura.

Las gotas de agua comenzaron a hacer eco mientras caían en su cabeza.

Esta vez todo era peor.

Tener que escuchar ese molesto ruido por horas sintiendo la molesta humedad que dejaban las gotas lo estaban volviendo loco. Su corazón se aceleró tanto que comenzaba a sentir su cabeza palpitar mientras un fuerte dolor en su pecho se hacía presente. Luego, de pronto, el agua cesó, su pulso descendió de golpe haciendo su respiración tan dolorosa y débil que apenas podía mantener su cabeza en su lugar sin sufrir.

Las peores 4 horas de su vida sin duda alguna, el soviético regresó aún con esa expresión de tristeza en los ojos, ver a esa persona tan especial para el en ese estado le dolía... ser quien causaba tal sufrimiento... era peor.

Lo dejó en paz por unas 2 horas para que durmiera y mandó a que lo llevaran a otro lugar.

Si no iba a hablar por las buenas, lo haría por las malas.

- Más de Mil años haciendo lo mismo -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora