Jimin no es una persona normal. Fue elegido con un don que lo acompaña, como maldición.
Un joven adolescente con una peculiaridad que lo dejará expuesto y una discapacidad que lo hará presa.
Sin embargo no esperaban que recibiera ayuda, ellos no q...
Cada paso que daba parecía iluminarse a medida que tocaba el pavimento. Toda las personas que lo veían pasar le sonreían y la vibra buena que irradiaba contagiaba a cualquiera de un muy buen humor por el resto del día.
Los cabellos castaños ligeramente ondulados le caían en la frente algo alborotados por el viento y sus mejillas tenumente pintadas de carmín lo hacían lucir simplemente adorable. Sus ojos oscuros y penetrantes siempre tenían ese brillo característico que reflejaba su bondad.
Kim Taehyung era el compañero ideal de todos. Cursaba el 2 año en la facultad, claro que una vez que saliera se apuntaría de nuevo como estudiante probablemente en algún otro lado del mundo. Así era siempre. El ni siquiera sabía por qué estaba ahí. Y tampoco estaba para cuestionarlo. Simplemente haría su labor y ya, ¿Y cuál era su labor? Cuidar a las personas de caer en los pecados, caer en el mal, cómo prefieran llamarle.
Así se le había asignado, y así debía cumplirlo. Aunque en el fondo tuviera... ciertas dudas.
Iba caminando rumbo a la escuela cuando en su camino se topo con una rosa en el suelo. Parecía triste y sola, estaba decaída probablemente por falta de agua, pero para Kim Taehyung esa flor era hermosa, la tomó entre sus manos y con sus simple tacto la flor recobró la vida que tenía. La miro orgulloso. De pronto sus ojos brillaron con emoción; sabía perfectamente a quien darle esa linda flor.
Sus pasos se hicieron torpes y apresurados, aún así se encargó de corresponder con una sonrisa cada saludo que le brindaban. Llegó a la escuela y solo tardo un segundo en razonar en dónde estaba a quien le entregaría su cometido.
Corrió hasta la parte trasera de la escuela. Su sonrisa se apagó al instante que presenció lo que sus ojos miraban. Rodó los ojos y continúo escuchando.
— Un cigarro por mil wons, vamos niño aún eres menor de edad nadie te venderá uno — Exclamó el de cabellos azabaches.
El joven que estaba en frente de el, parecía sudar mientras pensaba en la respuesta. Era un joven delgado que aún estaba en la escuela media. De nombre Soobin.
— E-esta bien supongo....
— Soobin — llamó Taehyung — Parece ser que ayer me contaste que tu madre está enferma y necesitaban dinero, ¿así es como piensas ahorrar? ¿dañando tus pulmones?
Al azabache que estaba por darle el cigarro rodó los ojos y suspiro.
— L-los chicos de mi aula dijeron que no era una persona cool, yo solo...
— Cariño no necesitas fumar para ser alguien cool, ya lo eres. Y si alguien intenta cambiarte entonces no necesitas de esa compañía. Tu solo, sigue como tú corazón lo ordena.
El joven formó un puchero y antes de marcharse corriendo le dió un corto abrazo a Taehyung — Gracias Tae Tae...
Taehyung formó una sonrisa mientras acariciaba su cabello. Al ver corriendo a aquel joven recordó su objetivo.
El azabache estaba guardando las cosas que llevaba. Algunos cigarros, encendedores entre otras sustancias nocivas.
— Jung-koo-kie — Habló con tono gentil mientras se acercaba al azabache.
El contrario viro los ojos.
— ¡No me saludes así! ¿Yo que te he hecho?— preguntó el angel.
El azabache traía un conjunto de ropa de cuero, en juego hasta con los guantes que llevaba, y sus botas que ciertamente parecían pesadas.
— No me dejas hacer mi trabajo.
— Solo estaba haciendo el mío — El castaño formo un puchero.
El azabache sonrió mientras picaba su mejilla con un dedo y se disponía a irse.
— T-te traje una rosa — Habló Taehyung con un poco de timidez. Jungkook siempre sacaría esa parte de él.
Jungkook gruño mientras apretaba sus puños un poco — Ya lo hablamos Tae. No aceptaré nada tuyo.
— Solo es una rosa... — Pronunció con esperanza.
— No lo es, sabes que es más que eso.
El azabache estiró su espalda y trono su cuello mientras al instante dejo salir unas grandes alas negras, las cuales parecían quemarse constantemente de las puntas.
— Me voy— Habló al instante de despegar y levantar con el movimiento todo el polvo que había alrededor.
Taehyung tosió en respuesta.
— Tan perfecto.... — Susurró para sus adentros.
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Hola hola...
Estaré actualizando lo más constante que pueda, gracias a las personas que le están dando una oportunidad.
