iv. The Interviews And A New Diamond

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Que raro, de repente, el salón de bailes se lleno de tanta luz que me era imposible reconocerlo, no veía nada y lo único que oía era la espléndida música del cuarteto de cuerdas y risas y conversaciones de mis demás compañeras debutantes pero no reconocía a nadie en especial, sin embargo ahí estaba, Benedict Bridgerton con esa sonrisa deslumbrante y sus bellísimos ojos invitandome a bailar, tome su mano y al entrar a la pista mi vestido dejo de ser aquel hermoso vestido blanco con una cinta roja para volverse un divino vestido color carmín, ambos nos íbamos acercando al otro, algunos pensarían que estaría aprovechandose de mi, pero yo sabía que también quería que sucediera.....

Hasta que oí la voz de Bertha y logré apreciar un poco de la luz matutina que entraba por mi ventana, todo había sido un sueño

-Buenos días señorita - dijo sonriente Bertha mientras entraba seguida de otras mucamas, unas con agua para lavar mi rostro, otras con vestidos y zapatos en fin, todo para prepararme a recibir a mis primeros pretendientes -¿Que tal descanso?- dijo abriendo la capa más oscura de mis cortinas y mandando a una de sus compañeras al cuarto de baño.
-De maravilla Bertha- dije estirando mis músculos aún un poco adormecidos por tan magnífica siesta -Por desgracia interrumpiste un hermoso sueño- añadí riendo un poco, realmente no estaba molesta
-Mis disculpas señorita - dijo un poco apenada mientras yo le hacía una seña de que no era relevante -¿Soñando con algún caballero?- agrego con una mirada divertida como si pudiera leer mi rostro
-Algo parecido Bertha- dije mientras me secaba el rostro y me empezaba a dirigir al baño.

Una vez bañada, vestida y peinada baje al comedor donde mi madre (ya arreglada) me esperaba
-Buenos días madre- me acerque a ella depositando un beso en su mejilla -Lamento mucho si te hice esperar- dije mientras tomaba asiento y nos servían un té
-No me hiciste esperar querida- dijo sonriendo en mi dirección mientras extendía el nuevo número de Whistledown en mi dirección para que lo hojeara -Por cierto, maravillosa elección en tu vestido- tomo un poco del te que había en su taza mientras yo agradecía -Esperas que Bridgerton aparezca ¿Me equivoco?- me sonroje un poco pero asentí
-Espero que asistan muchos caballeros madre, tu lo has dicho, es mejor tener muchas buenas opciones- dije mientras un mozo se acercaba a nosotras
-Muchas buenas opciones no son malas Winnie, pero es mejor saber que quieres a alguien que también lo hace- ese era mi hermano quien venía detrás del mozo
-Lady Danbury, señorita Danbury, el Duque de Hastings - hizo una reverencia y se fue mientras mi madre le hacía señas a una mucama de servir otro desayuno
-Excelencia, nos honra con su visita matutina- ambas estábamos muy interesadas en el por qué está aquí, se supone que solo vendría a arreglar papeleo que dejó Arthur Basset inconcluso
-Muy amable Lady Danbury, vengo a presenciar un rato las entrevistas de mi hermanita- dijo sonriendo en mi dirección
-Gracias por venir Simon, pero debes saber que mi madre y yo ya lo teníamos resulto- dije mientras tomaba un poco de budín que tenía enfrente
-Yo bien se que Lady Danbury es muy capaz- dejo la frase al aire
-Pero hay cosas Win, que solo un hombre puede saber de otro mi niña - mi madre completo la idea, no me molestaba que Simon estuviera aquí, en cambio me emocionaba, mi hermano mayor y mi madre aquí conmigo era todo lo que deseaba.
El pequeño y rápido desayuno acabo y todos nos dirigimos a la sala de estar, mi madre a su sillón con un libro y mi hermano a una silla con su periódico mientras yo iba al piano para tocar un poco hasta que una voz me saco de mi mundo donde solo había música
-Disculpen milord, milady, señorita- todos levantamos nuestros rostros -Lord Fife, Lord Beadnell y el Marqués de Basilwether, pretendientes para la señorita Danbury - atrás de el se asomaban tres hombres todos con flores y cajas llenas de Dios sepa que, cómo regalos para impresionarme y ganarse mi afecto, sonriente deje mi piano y fui a un sillón para comenzar a hablar con ellos.
Poco a poco el salón se fue llenando, tanto de gente como de flores, Lord Fife por aquí, el marqués de Basilwether por allá, un caballero Van Garret más allá, un terrateniente Sharpe a mi lado, un tal Lord Bingley siendo interrogado por mi hermano, gardenias aquí, rosas allá y mucho bullicio, mi atención (trataba yo) estaba en cada caballero, pero toda se desvío cuando el mismo mozo llegó (otra vez, pobre hombre) -El segundo Lord Bridgerton, pretendiente de la señorita Danbury- efectivamente era el, traía en sus manos un bellísimo ramo de orquídeas, traídas desde América según se
-Señorita Danbury, se ve realmente encantadora el día de hoy - me halago Benedict mientras tomaba mi mano y como todas las veces anteriores a nuestros saludos beso suavemente el dorso
-Muchas gracias Lord Bridgerton- dije con una sonrisa emocionada mientras aceptaba el ramo de flores que me extendía.
-¿Le gusta la música señorita?- pregunto Benedict señalando el piano
-Asi es milord, disfruto de hecho de todas las artes en general, pero la música y la danza son mis mayores talentos- era la verdad, me encantaban las artes, escribir poesía demasiado mala como para mostrar al mundo, la pintura (aunque no me encantará como tal la mía), sin embargo, el bailar un vals, una cuadrilla o mi favorito: el ballet era mi vida al igual que tocar mi flauta, mi violín, mi piano o el arpa era mágico para mi
-¿Podría tocar para nosotros señorita Danbury?- dijo un caballero pelirrojo de apellido Andrews, los demás caballeros comenzaron a alentarme pero yo solo veía a Benedict, cómo si esperara una respuesta de su parte, el me vio dulcemente y asintió, subí mi mirada y vi que mi hermano y mi madre también estaban de acuerdo así que me dirigí otra vez al instrumento y comencé a tocar una pieza distinta a la que estaba tocando cuando llegaron los primeros pretendientes. Mis dedos se deslizaban con delicadeza y agilidad sobre cada tecla de mi preciado piano y mi emoción era notoria en cada nota que salía, el tener muchas miradas sobre mi era nuevo, realmente solo había tocado para mi madre, mi instructor de piano y alguna vez (en mi niñez) para Simon,pero ahora el tener más de 15 miradas distintas sobre mi era nuevo y un tanto aterrador pero sentir unas pocas miradas de verdadero amor y cariño me lograban tranquilizar, mi pieza termino delicadamente y todos aplaudieron, hice una leve reverencia y mi madre se levantó de su sitio y camino hacia mi
-Su excelencia, la señorita Danbury y yo agradecemos sus visitas, pero creo que es momento de que mi hija descanse y tome un poco de limonada, pueden regresar mañana - todos se formaban en una fila frente a nosotros y hacían reverencias cómo despedida, el último en pasar frente a nosotros fue Benedict, quien antes de que se fuera decidí compartir unas cuantas palabras más
-¿También le gusta el arte no es así Benedict?- el me miró con una sonrisa confundida -Lo ví cuando se quitó sus guantes- expliqué -Tenía una mancha de tiza azul en su dedo índice- dije señalando mi dedo, tratando de explicar
-Al igual que usted, también me gusta el arte Winifred, sin embargo soy algo malo en la mía- dijo mientras volteaba a una ventana con una mirada apenada
-Yo creo que usted es un gran artista- dije dulcemente y sonriendo mientras sostenía su mejilla con una mano, claro, cuidando que no me vieran mi madre o mi hermano, pues esa sería vista como una acción impropia de parte mía.
Benedict sonrió en mi dirección y con su mano sosteniendo la mía que seguía en su mejilla -Si algún día está en su camino nuestra casa en Mayfair podría pasar y ver mi arte- eso me dejó sin aliento por un segundo, ese no se sentía como un cortejo común, era especial, en el corredor oímos pasos y ambos nos separamos, antes de irse el tomo mi mano y la beso -Buen día Winifred - dijo una vez más con su divina sonrisa y soltando suavemente mi mano se fue.

𝐌𝐢𝐬𝐬 𝐃𝐚𝐧𝐛𝐮𝐫𝐲 [𝐁𝐞𝐧𝐞𝐝𝐢𝐜𝐭 𝐁𝐫𝐢𝐝𝐠𝐞𝐫𝐭𝐨𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora