CHAPTER 2

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BABILONIA 575 a.C.


Como cada noche, asistimos a la pequeña fiesta que realizan  los humanos, en donde siempre hay risas, bailes y alegrías por doquier. Una vez que Sprite termino  de contar historias con maravillosas ilusiones, miro a mí alrededor buscando donde sentarme y depositar mis cuarzos en un lugar, ya que me canse de sostenerlos en mis manos.  Por un lado, se encuentra la pelirroja con Kingo riendo, y cuando estoy a punto de dirigirme hacia allá, llega Gilgamesh a sentarse con ellos.

Están muy justos en ese asiento, a lo lejos se puede notar la incomodidad de Kingo, tampoco es como que él intente ocultarlo. Me causa mucha gracia su cara y rio por eso. Muevo mi mirada a otro punto y me encuentro con Ikaris quien intercepta a Thena cuando esta se dirigía a la salida.

Ella no es una persona muy expresiva, siempre mantiene su cara neutra, la cual, para mí, es muy intimidante. Sin embargo, es muy notorio que le molesta la acción que hizo el hombre. Duran conversando menos de un minuto y ella sigue con su camino.
Ikaris y yo hemos trabajado en equipo a la hora de las batallas, sin duda alguna ya tenemos mucho tiempo conviviendo juntos. Y aunque, en un inicio, creí que mi desagrado hacia él  se debía a que nunca habíamos interactuado demasiado, hoy me doy cuenta que no es así. Hay algo en el que no me da confianza y que siempre me hace sentir incomoda cuando esta junto a mí.

De repente una ráfaga fugaz pasa a mí lado, la sigo con la mirada. Se trata de Makkari, quien se detiene en donde se encuentra Druig sentado en una banca. Es muy espaciosa, así que me encamino a dicho lugar.  Cuando estoy cerca, veo a la chica veloz desaparecer.

— ¿Puedo sentarme contigo? — le pregunto a Druig quien tenía su mirada perdida entre la multitud.

Voltea inmediatamente a mí, regalándome una gran sonrisa de boca abierta.

—Tahirah —dice mi nombre de manera lenta, sorprendido que sea yo la que este iniciando una conversación. Ya que, por lo regular, son los demás quienes vienen a buscarme.  — Por supuesto que sí, no deberías ni de preguntarme, mi respuesta para ti siempre será afirmativa.

— Gracias — contesto tímidamente sonriéndole de regreso mientras tomo asiento a su lado, evito lo más que puedo su mirada, ya que siempre me hace sentir extraña, realmente no se a que se deba. No me pasa con ningún otro compañero, bueno, tal vez con Thena, pero no es el mismo sentimiento, ella me hace sentir diminuta con su mirada atemorizante. Posiciono mis cuarzos sobre la mesa y empiezo a observar las cosas que Makkari dejo ahí para intentar disminuir mis nervios.

— Te ves muy linda hoy, Tahirah — dice y siento mis mejillas arder. 

Mis esfuerzos por controlar lo que siempre me hace sentir, se van por un tubo. Ya que, si solamente su mirada me pone mal (en el buen sentido), ahora sumándole a eso sus palabras, siento todo al triple.

—No tienes que decir nada al respecto, dulce Tahi — dice y vuelvo a conectar con sus hermosos ojos al escuchar el apodo que me puso. — Solo quería que los supieras por mí.

Sonrió inconscientemente. No es que me desagrade escuchar eso de su boca, al contrario, me fascina, pero no sé cómo actuar al respecto. Opto por cambiar de tema.

— Te traje un obsequio — digo con pena en voz baja, pero  él puede escucharlo a la perfección.

— Eso es genial — dice entusiasmado esperando a que le muestre su regalo.

Tomo el cuarzo azul escondido entre la manga de mi traje y se lo muestro. No lo puse con los demás por temor a perderlo. Atrapo su mano de forma delicada y la acomodo para posicionar el objeto en ella.

—Espero y te guste. Cuando la vi, fue inevitable no acordarme de ti por el azul de tus ojos. — le explico. — Es preciosa, ¿Verdad?

— Si, muchas gracias, Tahirah — Se acerca y deposita un suave beso en mi mejilla. — esto significa mucho para mí.

El contacto no dura mucho, pero aun así, sigo sintiendo su toque.

— De nada — tomo un mechón de mi pelo que estaba molestándome y lo coloco detrás de mí oreja mientras desvió la mirada de Druig.  — Iré por algo de beber, ¿quieres que te traiga algo para que acompañes lo que estabas comiendo? Por cierto, ¿Qué son?

—Son una especia de dulces, o así los llaman ellos pero en realidad solo es la fermentación de una fruta — explica divertido.

— Suena asqueroso — digo con cara de desagrado.

Ríe suavemente.

— Pero no lo son. Y en respuesta a tu pregunta inicial: un poco de agua estaría bien. Aunque, prefiero acompañarte.

—No, de ninguna manera. — Niego —  Tu cuida de mis cuarzos y las cosas de Makka. — ordeno y el asiente con la cabeza.

Me paro del asiento y me dirijo al lugar en donde sirven bebidas.  Cuando estoy a la mitad de mi camino siento una mano en mi hombro.

— Druig no tenías que venir, nos pueden robar los objet… — no termino mi frase ya que al girar no me encuentro con los orbes azules que me parecen extraordinarios, sino, con los ojos azules simples de Ikaris.

— No soy Druig, pero he venido a invitarte un trago.

— Ikaris – digo sorprendida — Tal vez…  en otro momento. Es que… mmm, de hecho, iba de camino por unas bebidas para mí y Druig, estamos sentados allá al fondo — señalo en donde estaba sentada y mira hacia dicha dirección.

— No sabía que te llevaras mucho con él. — dice asombrado.

— Mira, es Sersi. Esta sola, podrías hacerle compañía — sugiero.

Está a punto de volver a hablar, más no se lo permito.

— Druig me está esperando, adiós — huyo de ahí antes de que me detenga. No sé si podría rechazarlo de nuevo a otra invitación si me la propusiera. Siento que estoy siendo un poco dura con él, ya que en sí, no me ha hecho nada malo, pero reitero, hay algo en el que me irrita a sobremanera. Tal vez no es él, soy yo.

Llegando a mi lugar de destino, me olvido de lo que estaba pensando y pido lo que quiero. Una vez con los dos vasos en mis manos, regreso con el eternal de traje negro.  No es sorpresa para mí encontrarlo peleando con la chica veloz. Al notar mi presencia, los dos giran hacia mí, le entrego el vaso a Druig, y pongo el mío, que ya está medio vacío por tomar pequeños sorbos cuando venía de camino hacia acá, en la mesa donde están los objetos.

En lenguaje de señas, pregunto:
— ¿Qué está pasando? ¿Por qué pelean?

— Por nada. Solo hablábamos — contesta Druig de forma inocente.

— Interfirió en un conflicto humano — Lo acusa Makkari y el bufa enojado

Lo miro con desaprobación.
— Druig… — no me deja hablar.

— No se atrevan a regañarme, cuando se perfectamente que las cosas que tienen han sido gracias a que las roban — nos descubre. — y eso a Ajak también le va a molestar. Propongo un trato, en donde nadie acusa a nadie.
Makkari es la primera en responder.

— Hecho —señala y  estira su mano para cerrar el pacto.
No me queda de otra, y también estrecho mi mano con él.

— Iré a guardar nuestras cosas a la nave, Tahirah. —Asiento y le doy una sonrisa — y tú no te metas en problemas.

Advierte señalando a Druig y sale a gran velocidad dejándonos solos.  Él está tomando el agua de un solo trago y al terminar pone su vaso el lado del mío.

— Andando — dice y camino hacia la salida.

— ¿Qué? — pregunto confundida.

—Vamos a dar un paseo allá afuera.

— ¿y la fiesta? — vuelvo a preguntar.

— Todos los días hay fiestas, aparte, no tienes que fingir conmigo, ya sé que te están aburriendo.

Ofrece su brazo para que lo tome y acepto. La verdad que ya me canse de esta rutina.

Íbamos caminando entre las casas de los humanos. No estaban todos en la fiesta, así que nos encontramos con varias personas, una en especial, llamó mi atención, ya que, parecían ¿pareja? Creo que es el término correcto cuando dos personas están saliendo como algo más que amigos.

— Debe ser lindo vivir así — dice cuando se percata de lo que veo — ¿No crees?

— ¿así como? — pregunto un poco confundida.

— Pues, eso de tener a una persona a tu lado el resto de tu vida que te amé  y confié en ti plenamente y viceversa, es decir, que el amor y la confianza sea mutua.  — explica tranquilamente.

— Te refieres a sentimientos mundanos — Tomo una breve pausa para analizarlo un poco
—  Realmente no lo sé, digo, si vas a pasar el resto de tu vida con una persona, tienes que estar muy seguro de lo que ambos sienten, conocerla completamente en todas sus facetas, y yo, considero que, ellos no cuentan con el tiempo suficiente para conocerse a tal grado.

—Si, tal vez ellos no — dice por ultimo.

Seguimos caminando un buen rato y cuando nos dirige a un lado que desconozco, le hago una pregunta.

— ¿A dónde vamos?

—A un lugar que te quiero mostrar, tómalo como una muestra de gratitud por tu regalo y el hecho de que dijiste que mis ojos son hermosos.

Mis mejillas se empiezan a tornar rojas y agradezco que sea de noche para que no pueda notarlo.

— Y-yo, nunca di-dije eso— digo avergonzada.

— Claro que si — asegura — Mencionaste que la piedra era hermosa y que cuando la viste te acordaste de mis ojos. Así que, indirectamente si lo dijiste. Gracias.

Empiezo a reír, supongo que es por el nerviosismo de que descubriera que me gustan sus ojos.

— Espero y te guste. – dice y presto atención a mi alrededor. Ni cuenta me di que ya habíamos llegado a un lugar apartado de la civilización. Es una zona de flores al lado de un pequeño estanque en donde se puede apreciar la luna en todo su esplendor.

— Es muy hermoso— me suelto de su brazo para acercarme a las plantas y echar un vistazo al agua y luego al cielo. — ¿Cómo lo encontraste?

— No hay muchas cosas para hacer en la nave — dice como si nada — un día decidí salir a caminar  y lo encontré, podemos pasar aquí el tiempo que quieras y cuando quieras.

—Si —le doy una gran sonrisa y es tanta mi alegría por haber conocido este lugar maravillo que me armo de valor y me acerco a depositarle un beso en el cachete como él lo hizo conmigo en la fiesta — Gracias, ojos bonitos.

— De nada, mi dulce Thai.


Actualidad / 2024
Dakota del Sur

[Narra Sersi]

Llegamos a casa de Ajak. Soy la primera en  bajar de la camioneta, seguida de Sprite e Ikaris. La puesta de la casa está abierta y los focos encendidos. Empezamos a gritar su nombre y nadie responde. Tengo un mal presentimiento. Salgo por la puerta trasera de la casa y enseguida diviso un cuerpo tirado cerca del granero. Grito su nombre.

Me hinco a su lado, toco su rostro y me percato de que se ha ido. Siento la presencia de Ikaris y Sprite detrás de mí.
— Esta muerta — declaro.

Todos estamos conmocionados por lo sucedido, ellos regresan a la casa y yo me quedo llorando en la misma posición. Por mi mente empiezan a pasar miles de recuerdos a su lado. También dudas. Sigo sin poder creer que los desviantes regresaron y mataron a nuestra líder, que más que una líder, era la mamá del grupo.

Estoy por levantarme, pero las luces de la casa empiezan a parpadear hasta que se apagan en su totalidad. De la nada una pequeña esfera de luz sale del pecho de Ajak y entra en el mío. Mi mente es transportada con Arishem y a los segundos vuelvo poco a poco a la normalidad.

— ¡Sersi, Sersi! – Escucho mi nombre — ¡Sersi!

— ¿qué te paso Sersi? — pregunta Ikaris

— La esfera que conectaba a Ajak con Arishem, salió de su cuerpo y entró en el mío  — explico

Se quedan sorprendidos con la información que les doy y me preguntan al mismo tiempo:

— ¿Qué te dijo?

— Que ya casi es hora.

— ¿Lo puedes contactar otra vez?—pregunta Sprite

— No se como — Respondo confundida

— Pero ella te eligió para reemplazarla, te dio la esfera.

— Espera Sprite, ¿segura de que hablaste con Arishem?

— ¿Qué más podría ser?

— Mahd Wy’ry.

𝐸𝑡𝑒𝑟𝑛𝑎𝑙𝑠 || 𝐷𝑟𝑢𝑖𝑔 & 𝑇𝑎ℎ𝑖𝑟𝑎ℎDonde viven las historias. Descúbrelo ahora