En donde la bruja de Hawkins resulta no ser mala.
Eddie se encuentra atraído hacia su rareza, haciendo oídos sordos a lo que todo el mundo decía, él creía que aquello no era más que un estúpido rumor de gente religiosa.
Cuando Vecna ataca a sus amig...
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"NOSOTROS SOMOS RAROS"
🔮
La rubia adolescente, después de días ya se había acostumbrado a las miradas horrorizadas de los demás.
Había pasado una semana desde el suceso en su anterior escuela, y por motivos que el gobierno exigía a su tía, ya estaba en otra preparatoria.
Una preparatoria pública había sido la opción más fácil para ser transferida, la realidad es que le daba igual la escuela a la que asistiera.
Siempre había sido un problema en las escuelas, se preguntaba cómo su tía Lily tenía tanta paciencia con ella.
No era la más social, tenía conocidos que la saludaban de vez en cuando por los pasillos, pero siempre terminaba comiendo sola.
Claro, esto fue antes del incidente, desde lo que pasó nadie le respiraba cerca por miedo a que cómo decían todos los periódicos "la bruja intentara asesinarlos"
Su tía dijo que lo mejor sería que actuara cómo si nada hubiese pasado, que no todos la reconocerían cómo la bruja del periódico.
En parte tenía razón, no todos la reconocieron. Pero los que la reconocieron se encargaron de contarle a los que no sabían, volviéndola cada vez más famosa... en una mala manera.
"Ahí viene, es la bruja"
"Es ella, es Luna Cruz"
"Es la chica que intentó asesinar a Alysa Stanley"
"Es la bruja ¿no estaba en un hospital psiquiátrico?"
Y eso era sólo una pequeña parte de lo que había escuchado en lo que llevaba del día, de su primer día.
La gente de Hawkins es estúpida y entrometida.
🔮
Luna bebía de un juguito de uva, con Sabbra Cadabra reproduciéndose en sus audífonos, su pie daba golpecitos al ritmo de la música, concentrada únicamente en eso.
Y desinteresada a lo que ya sabía que pasaba a su alrededor.
Más de una mesa hablando de ella mientras la observaban.
A lo lejos, la mesa de los Hellfire era una de esas.
-¿Creen que sea peligrosa cómo dicen?-
-No lo sé, me suena tan peligrosa cómo dicen que lo es jugar calabozos y dragones.- opinó Mike, con Dustin dándole la razón. - Además, no hay pruebas de que lo hizo ella.- para Mike no era sospechosa, por no tener la cabeza rapada o algo que cubriera un tatuaje en la muñeca.
‐Estás ciego Wheeler, esa rubia es muy rara, creería totalmente que es una asesina.-
-¿viste dónde estás? nosotros somos raros y no somos asesinos.- Habló por primera vez en defensa de la rubia, Eddie.
-Sí, pero no hay fotos nuestras en los periódicos, notas que nos acusen de asesinato.-
-¿Y si las hubiera? Si mañana soy yo al que los periódicos deciden difamar ¿vas a creer lo que todos digan de mí?- Eddie parecía molesto, subiendo el tono de voz y escupiendo las palabras de manera tosca.
‐Yo creo que es muy tierna.-habló Dustin, intentando aligerar el ambiente.
-Y... es bonita.- le hizo segunda Mike, distrayendo a Eddie.
-Eso sí parece ser verdad.- Eddie les dió la razón, sin despegar la mirada de la chica linda a unas mesas de ellos.-Y la voy a invitar a sentarse con nosotros, está muy sola.
Fue por primera vez que Munson dió el primer golpe, ante la atenta mirada de todos caminó decidido hacia ella, sentándose en su mesa con total confianza.
Cuando ella lo notó, él le hizo un gesto de saludo para ver si se quitaba los audífonos. La melodía que salía de estos parecía lejana, pero conocida.
-¿qué escuchas?— le habló el castaño, notando cómo sus bonitos ojos azules lo veían con curiosidad.
-Es una canción algo vieja, Sabbra Cadabra de...
-Black Sabbath.- completó Eddie, al mismo tiempo que ella.
Una tonta sonrisa apareció en los labios de Munson, entusiasmado por el buen gusto musical de la rubia.
-¿Te gustan?— preguntó la rubia, con sus ojos brillando en ilusión.
-Me encantan.— dijo con simpleza, y la rubia le regaló por primera vez una tímida, pero sincera sonrisa.—Por cierto, soy Eddie.– extendió su mano a la chica, en forma de saludo.
La delgada mano de Luna tomó la suya al instante, sus temperaturas eran bastante parecidas, ambos estaban fríos.
-Es un placer Eddie, soy Luna.- dió un apretón amistoso y soltó la mano del muchacho, dejándolo extrañando la suavidad de su tacto.
-Luna... uh, yo en realidad vine aquí para preguntarte si querías sentarte conmigo y con mis amigos, me imagino que es difícil ser la nueva.—habló con tranquilidad, apuntando con su cabeza a la mesa detrás de ellos.
Cuando Luna dirigió su mirada a los chicos en la mesa, ellos apartaron la mirada al instante de ellos.
Pero ella había logrado notar cómo era que los miraban, sacándole una risilla divertida.
-Si insistes, no me voy a negar a acompañarlos.- dijo en un tono de burla, levantándose de su mesa.
El muchacho se levantó disparado de su asiento, extendiendo su brazo de una manera graciosa hacia ella.
Siguiendo el juego, ella enganchó su brazo con el suyo. Y Eddie Munson prácticamente la escoltó hacia su mesa, cómo si de una princesa se tratara.
Las miradas aumentaron y fueron más obvias, parecía que algunos iban a quebrarse el cuello por ver a el friki y la bruja desfilando juntos por el comedor.
