𖤍 ×Cap I× 𖤍

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Una calle transitada, voces por doquier, pero cada persona en su propio universo o un universo compartido, pero de aquel todo ese ruido una risa sonora resaltó, una risa que transmitía la felicidad más pura y sincera que se pudiera expresar, aquellos esmeraldas se dirigieron al lugar de procedencia y allí miró a un extranjero reír abiertamente sin importar el qué dirán y a su lado un señor que parecía disfrutar del momento riendo sutilmente.
»Supongo que así es como se siente la envidia« pensó aquel rubio que por más que quisiese no podía apartar su mirada o así fue hasta que aquel extranjero miró a su posición, de inmediato su mirada se giró al frente y continuó con su camino, su corazón comenzó a latir con tal fuerza al grado que le dolía el pecho y el sonido de sus latidos resonaba en sus oídos, ¿cómo era posible que se percatara de él? Siempre se aseguraba de que nadie notara su presencia.

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-¿Ocurre algo?- cuestionó el mayor cuando las risas del pelinegro cesaron.

-Nada, solo que me pareció ver que alguien me observaba- respondió el mencionado sin apartar su vista de aquel rubio que se alejaba a toda prisa.

-¿En serio? Yo no noté nada- miraba de lado a lado.

-Déjalo, tal vez fue mi imaginación- sonrió suavemente para tranquilizar al mayor -Supongo que la investigación me tiene nervioso-

-Es cierto, recuerda que puedes dejar el caso si ya no te resulta cómodo-

-Para nada, es algo que quiero concluir, han habido muchas víctimas y no pueden quedar impunes-

-Admiro tu determinación, yo ya no estoy para estos trabajos-

-Ya sé, por eso me recomendaste, aunque me hubiese gustado trabajar a tu lado-

-Luego de tu retiro del atletismo quise darte un tiempo para descansar- comentó mientras sacaba algunos documentos de su portafolio -Pero dejando eso de lado te tengo información extra sobre la investigación que llevas-

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Habían pasado los días y el rubio no podía sacarse de la cabeza aquel rostro, aquella sonrisa y aquel ambiente tan acogedor que rodeaba a ese extranjero, le resultaba exasperante pues no podía concentrarse en sus labores, botó el lápiz lejos de él y se dejó caer en el respaldo de su silla echando su cabeza hacia atrás mirando el techo y perdiéndose en sus pensamientos.

-¿Estás bien?- una voz conocida le hizo salir de su trance, giró su rostro hacia la entrada de la habitación y ahí vio a su amigo recargado en el marco de la puerta.

-Shorter...- se incorporó y reacomodó en su asiento, pasó su diestra sobre su cabello peinandolo hacia atrás, soltando un suspiro al terminar.

-¿Qué pasa? Te he notado raro en estos días- se encaminó a donde se hallaba el rubio sentándose en la orilla de su cama, éste se giro sobre su eje para mirar al pelimorado.

-Ni yo sabría decirte...- echó su peso al frente recargando sus codos sobre su regazo.

-Para que tú no sepas algo entonces debe de tratarse de algo abstracto- bromeó entre risillas.

-No es cosa de broma, Shorter- aunque si le provocó cierta gracia pues era irónico que apesar de tener su apodo de "niño prodigio" ahora no supiera la respuesta a lo que estaba aconteciendo.

El contrario recobró la postura al ver la seriedad del rubio -Entonces cuéntame que pasa... Tal vez pueda ayudarte-

-Es complejo de explicar... Conocí a alguien y... No dejo de pensar en esa persona-

𖤍My Angel𖤍 [AU Banana Fish] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora