Capítulo 4

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Damas y caballeros, bienvenidos al cuarto episodio de esta miniserie!

Qué me cuentan de sus vidas?

Sin nada más que decir, solo aclararé que ningún personaje me pertenece ya que para eso están sus dueños y no tengo deseos de que me denuncien...(aunque si hago algo de Nintendo, tengan por seguro que me demandan).

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Capítulo 4

Una socarrona sonrisa se perpetuaba en la cansina fas de quien fue policía por un día en la RPD, burlándose inocentemente de la avergonzada doctora que se esforzaba de manera sobrehumana para no alzar la vista y enfrentarse a las posibles burlas que dos agentes gubernamentales o la de reproche que una joven recelosa de lo que acababa de atestiguar.

Impulsivamente la mujer adulta actuó minutos atrás al rodear con sus brazos la delgada figura pálida de quien le ayudó hace unos años cuando Glenn Arias no solo la secuestró sino que también había creado un accidente biológico en New York. No porque tuviese un sentimiento similar al de cierta pelirroja, sino a causa de que en verdad se lo debía luego de decirle cosas inapropiadas por la falta de información, dejándose llevar solo por el aspecto.

-Entonces, doctora Chambers...Cómo está el paciente? – en un tono empalagoso que desbordaba notoria sorna, el pelirrojo novio de Sherry Birkin inquirió en tanto tomaba asiento en una silla que trajo de otra habitación rápidamente.

-Necesita otro abrazo para sacarle lo malo? – complementó, en una entonación similar para demostrar su humor, el pistolero de chaqueta verde.

Con cada interrogante pronunciada, Rebecca hundía más la mirada en el tensiómetro, maldiciendo por dentro que estuviese usando todavía el estetoscopio ya que este potenciaba la recepción de sonidos, convirtiendo la situación en una embarazosa y que definitivamente se convertiría en historias de reuniones familiares.

Aún si hallaba jubilosa la interacción que esparció por unos minutos los pensamientos con respecto a la hermana de Chris Redfield, la compasión del rubio existía por encima de la actitud reacia que fue germinándose año tras año hasta convertirse en aquello que todos reconocían como un hombre de humor irónico y lengua filosa, aunque esto último se debía a su amistad con Ada Wong.

-No les hagas caso, solo quieren animar el ambiente- explicó Kennedy, palmeando con apenas fuerzas el brazo derecho de la médica pues aún tenía puesto el tensiómetro.

-Tan melancólico era como para usarme así? – usando ambas manos para expandir el arco metálico y desprender las olivas de los oídos, la mujer con rasgos de duendecillo preguntó esbozando una suave sonrisa.

-Digamos que despertarme y leer cierta información correspondiente a determinada persona consiguió que mi humor fluctúe en varios momentos- descansando la cabeza en la almohada mientras permitía que la mujer le quitara los adhesivos encargados de sostener los cables de un electrocardiograma, el amigo del ex presidente Graham alegó.

Un ahogado sonido de reconocimiento fue emitido por parte de Chambers, teniendo todavía los labios sellados y asintiendo distraídamente. Nada quiso opinar al respecto del tema, no porque no quisiera, sino porque entendía que la curiosidad del rubio era demasiada como para aportar más detalles que terminarían por agotarlo tras apenas despertar.

-Tú sabes algo, no? – tentó el viejo novato de la RPD, buscando ver la reacción de la mujer incluso si ya tenía conocimiento de su participación según las memorias de Claire.

Too Much Love Will Save YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora