Capitulo 55

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- Yelena

-¡Yelena Belova!- escuché como gritó Kate al lograr entrar al baño, no sé porque me sorprendo si no le había colocado seguro a la puerta ¡Qué boba eres Yelena!

Decidí no prestar atención y seguir refregando mi cabello con shampoo, cerré mis ojos tratando concentrándome en la manera en que caían las gotas de agua por mi cuerpo cuando la puerta de vidrio de la ducha fue abierta totalmente dejándome ver a una Kate bastante furiosa solo con toalla. Mi reacción fue espontánea, mis manos viajaron rápidamente hasta mis partes intimas tratando de tapar lo más posible.

-¡Por favor! No puedes ocultar algo que no haya visto o tocado- giró sus ojos y alcé ambas cejas- O probado.

-¿Qué quieres, Bishop?- volví a refregar mi cabello tratando de ignorar el hecho que estaba desnuda.

-¿De verdad te enojaste por esa estupidez?- habló como si no fuese nada del otro mundo, me enfurecia el hecho que no le tomara el peso a las cosas.

-¿A ti te gustaría que Steve me escribiera para invitarme a desayunar?- comencé a enjuagar mi cabello sin despegar la mirada de ella.

-Es Gabriela, la mujer que más amarga mi existencia, ¿De verdad crees que pasará algo con ella?- preguntó incrédula con un tono de burla en su voz.

-Dímelo tú- hablé, estaba actuando como la mujer más celosa e insegura del mundo pero todo lo que tenga que ver con Sharon hace que se me ponga la piel de gallina, escalofríos recorrían mi espina dorsal de solo pensar que vuelva a ver a Kate y en mi mente nunca se va la posibilidad en que tal vez Kate al verla, quiera volver con ella.

Mi novia suspiró frustrada para despojarse de su toalla y entrar a la ducha para posteriormente cerrar la puerta, la miré confundida. Vi como quería decirme unas palabras, la interrumpí antes que me diera cualquier excusa.

-¿Por qué no me contaste que te verías con ella?- fruncí el ceño, deje que un chorro de agua cayera directamente a mi rostro antes de fijar mi mirada en mi novia, no me eran indiferente que estaba desnuda frente de mí, estaba conteniéndome, en cualquier momento me lanzaría encima de ella.

-Eres muy linda, Yelena- intentó besar mis labios pero me aleje.

-Estoy hablando en serio, Kate- gruñí, estaba intentando persuadirme pero no lo iba a conseguir. De su boca no salía palabra alguna, estaba exaltándome -¡Soy tu novia, maldita sea!- alcé un poco la voz- Debes contarme las cosas.

-Amor, lo olvidé- tomó mi rostro con ambas manos- Te juro que lo olvidé, sabes que te hubiese contado, hasta te hubiese pedido que fueses conmigo- habló de forma convincente, ¡Diablos! Siempre lograba convencerme de manera tan fácil - No dejes que Gabriela amargue nuestro día- susurró para comenzar a besar mi mejilla para luego besar la otra y así sucesivamente. Solté un suspiro resignado, no sé porque me molesto en enojarme con ella si siempre logra desenojarme en unos segundos.

-¿Significa que ya no me pedirás que vaya contigo?- pregunté como niña chica a la cual le quitaron un dulce.

-Eres una consentida- rió negando para comenzar a besar mis labios, no me resistí en seguirle el beso, el agua de la ducha ya la había empapado por completo, el beso fue de lo más tranquilo y sin lujuria, fue romántico y bastante delicado. Me alejé de sus labios cuando sentí sus manos bajar hasta mi espalda baja, rápidamente tomé su mano para quitarla de ese lugar.

-No te pases de lista, Bishop- la regañé al descifrar sus intenciones, solo se dedico a fruncir los labios y mirarme con el ceño semi fruncido- Ahora si me permites, terminaré de ducharme- deposité un pico en sus labios para concentrarme en lo que estaba haciendo con anterioridad.

La Chica Del 269 |  Katelena Donde viven las historias. Descúbrelo ahora