Capítulo I

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No dejaba de darle vueltas al asunto después de los sucesos del mercado. Él era su descendiente. Bastien se había casado,  tuvo hijos y me olvidó. Era egoista de mi parte pensar así cuando yo misma le había sugerido que fuera feliz sin mi y eso hizo, pero resultaba insoportable imaginarlo junto a otra mujer. Aquello era una verdadera tortura y lo peor de todo es que ahora tenía la certeza de que está muerto y no le volveré a ver jamás.

Los pensamientos me golpeaban como cuchillos arrojados directo al corazón, no podía comer, no podía dormir, lloré hasta que ya no me quedaron lágrimas y en su lugar quedó un enorme vacío que se hacía cada vez más profundo. No soportaba las palabras de consuelo de mis hermanas cuando ni siquiera sabían lo que estaba sintiendo ni  la preocupación y ruegos de mi madrastra para que comiera. Todo era un fastidio constante cuando lo unico que quería era estar completamente sola y poder desmoronarme hasta tener la fuerza suficiente para reconstruirme.

—Lyra, no puedes continuar así.—dijo  Desdémona con preocupación sentandose en mi cama mientras la mirada con la expresión vacía.—Llevas tres meses comiendo apenas y estas demasiado pálida,  necesitas tomar la luz del Sol.

No le respondí, no me importaba para nada no volver a ver la luz del Sol

—Querida niña—continuo y tomó mi mano—No has querido revelarme que es lo que tanto te afecta pero si de algo te sirve dejame darte un consejo—suspiró al ver que sus palabras no aliviaban mi letargo—Lo que quiero decir es que nada es para siempre,  ni siquiera el dolor y el tiempo que duré tu sufrimiento dependerá del tiempo que te aferres a él. Mientras más lo retienes más pesa, solo sueltalo. Tal vez te duela mañana,  pasado o todo el año pero eventualmente se irá aliviando aunque quizá nunca lo haga del todo ¿Me entiendes? No puedes pausar tu vida,  ya es tiempo de seguir adelante.

Me dio un beso en la frente y se marchó. Una lagrima silenciosa rodó por mi mejilla pero rapidamente la sequé. Ella tenía razón, me había pasado los últimos tres meses deprimida como si enterrarme en vida me fuera a devolver lo que había pérdido. Ya era hora de pasar página y seguir con mi vida aunque no tenía ninguna meta que trazarme.

En mi nueva vida ya no tenía que casarme, todas mis hermanas gozaban de perfecta salud, mi padre me seguía ignorando, no había visto a Casio desde mi regreso(tampoco pretendía preguntar por él) era como si se lo hubiera tragado la tierra,  el pueblo era mucho más grande y la región mucho más prospera que en mi antigua vida. Todo apuntaba a que las cosas podrían ser mejores para mi y una idea que hace tiempo rodaba mi mente ne iluminó más que nunca.

Buscaría a mis padres biológicos. Pero primero enfrentaría a mi padre adoptivo para liberarme del resentimiento que carcomió mi alma por años.

Al día siguiente bajé las escaleras arreglada con un hemoso vestido negro con vuelos rojó sangre,  peinada y perfumada. Todos me miraron desconcertados cuando me senté a desayunar con ellos pero no dijeron nada. Mi padre resopló con fastidio y luego continuó comiendo. Quería acabar con esto de una vez por todas pero cuando abrí la boca Desdémona me interrumpió.

—Tengo buenas noticias para todos.

—¿Que ha pasado mamá? —preguntó Abby

—Casio regresa esta semana. Debe llegar en unos días.—me congelé al escuchar su nombre y mi tenedor rodó haciendo sonar mi plato —¿Que pasa Lyra no te alegra el regreso de tu hermano?—preguntó Desdémona preocupada

—Sí,  es solo que me ha tomado por sorpresa—contesté casi vacilante,

—Hablando de sorpresas en la carta—continuo con estusiasmo— dice que desea llegar lo más rápido posible para que el bebé nazca en la casa paterna.

Belleza CruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora