Después de cuatro días de viaje por fin vi asomar a través de los árboles la fortaleza de castillo. La ansiedad me hizo su presa a penas frenamos frente a las rejas de hierro.
—Hemos llegado—anunció el condutor bajandose para abrirme la puerta y ayudarme a descender.
—Gracias—dije aceptando su ayuda.
Me quedé parada contemplando el lugar. Se veía diferente, ya no era la estructura lugubre que recordaba. Ante mi se erguía un hermoso castillo digno de un príncipe. Me voltee hacia el cochero y le ordené que me aguardara que no tardaría mucho. Siguió mis intrucciones y llevó el vahículo a la sombra de los arboles. Caminé hacía la reja casi esperando que se abriera sola pero eso era una tontería. La empujé y el agradable aroma de las flores me golpeó el rostro. Examiné el lugar y no vi el laberinto de setos sino un hermoso jardín de rosas y camelias. Todo lo demás estaba en su sitio incluso la capilla donde me casé con Bastien pero a su lado se erigía un monumento que antes no estaba. No sabía mucho sobre el tema pero estaba bastante segura de que se trataba de arte funebre.
Caminé instintivamente hacía la capilla sin estar segura de lo que encontraría allí. Cuando llegué me acerqué lentamente al monumento hasta que pude apreciarlo con detalle. Era un ángel de marmol con sus manos juntas mirando al cielo y estaba sentado sobre la tapa de marmol de una tumba. El manto del ángel se plegaba sobre la tumba y más abajo había una inscripción.
La fecha de nacimiento y la de muerte pero lo que me paralizó fue la siguiente línea:
"Aquí yace Bastien Alfort"
Todo el dolor que había sentido regresó de golpe haciendome caer de rodillas. Las lágrimas corrieron por sí solas y clavé mis uñas en la tierra. No estaba lista para esto, sabía que él ya no estaba pero ver su tumaba fue demasiado.
—¿Es gracioso no crees?—dije con voz quebrada esperando que él me escuchase donde quiera que estuviese—Siempre me preocupó el hecho de que podría morir primero que tú y causarte dolor pero al final fuiste tú quien partió primero. Esta es la segunda vez que me dejas.
Me recosté sobre la tumba sin importarme el marmol frío contta mi rostro ni el sol ardiente sobre mi espalda. Solo era conciente de mi dolor y mis lágrimas. No se cuanto tiempo estuve así cuando una sombra eclipsó el sol tras de mi.
—Sabía que vendrías—dijo una voz que me resultaba conocida.
Me voltee y vi algo inesperado.
—Lucian... ¿Eres tú?—pregunté sin dar crédido a lo que veían mis ojos.
Lucian seguía joven y hermoso como la primera vez que lo vi. La única diferencia era que se había cortado el cabello y vestía como un caballero, botas altas negras y lustradas, camisa de hilo con puños de encaje, chaleco con botones dorados y pantalones de la mejor tela.
—Cuanto me alegra volver a verte Lyra.—dijo ayudandome a levantarme y luego secó mis lágrimas con un pañuelo de seda que sacó de su bolsillo.
—Lucien, estas vivo pero Bastien...—no pude terminar la frase sin que se me aguaran los ojos.
El me abrazó y lloré como niña en su pecho.
—Lo único que puedo decirte es que mi hermano nunca dejó de amarte—hizo una pausa—Pensó en ti hasta el último día de su vida.
Cuando me calmé él me condujo a la entrada y luego a una sala que no reconocí. Nos sentamos en un lujoso sofá y él me sirvió el té en una delicada taza de porcelana. Estuvimos en silencio bebiendo el té pero yo tenía demasidas preguntas.
—¿Lucian como es posible que estes aquí? Esto me parece un sueño.
—Recuerdas a mi madre—dijo en tono sombrío
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Belleza Cruel
FantasyEl Destino le ha dado una segunda oportunidad a Lyra y ahora que conoció al descendiente de Bastien sabe que él ya no está y tendrá que aprender a vivir con ello. Para cerrar el ciclo decide visitar el castillo donde fue tan feliz como desdichada pe...