Cartas Para Mikasa [Mikasa Y Tú] Terminada ✔️

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  𝓶𝓲𝓴𝓪𝓼𝓪
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- ¡AHHHHH! - corría para no mojarme más, aún que ya era en vano.
Entre al salón, unas personas venían con paraguas y otras poco suertudas cómo yo, empapadas por la lluvia.

- ______ - se hacerco Mikasa a mi - Estás toda mojada.

- Lo sé - me lamente con la mirada triste.

- Ven, te voy a secar - tomo las mangas de su suéter y empezo a pasarlas con delicadeza por mi rostro, peino mi cabello que estaba alborotado.
Todo mientras yo observaba sus oscuros ojos embriagadores, sus pestañas negras.

- Gracias...

- No te preocupes, pero deberíamos ir a la enfermería a qué te den una pastilla, te vas a enfermar. No, mejor tienes que cambiarte de ropa, darte un baño caliente y tomar una taza de café o un té - decía preocupada.

- No te preocupes Mikasa, soy una persona con un sistema inmunológico muy fuerte - posee mostrando mis brazos.

- Si te enfermas tendré que ir a cuidarte.

- Entonces estoy ansiosa por enfermarme - me senté en mi banca, mire por todo el salón de clase, Armin estaba faltando mucho últimamente, me preguntaba si se debía a lo que había pasado ese día en el auditorio. Yo no tenía la culpa, pero sentía la necesidad de hablar con el por qué se volvió un gran amigo para mi, pero cada vez que lo intentaba me evitaba descaradamente. Suspiré cansada.

- ¿Estás bien? - me preguntó Mikasa.

- Sí, ¿Por qué lo dices?

- La última vez me dijiste que tu padre se había estado llendo de tu casa y que no regresaba en días.

- Es verdad, pero no tienes porqué preocuparte.

- Claro que me preocupo - tomo mis manos entre las suyas - eres mi amiga.

Incómoda me restregue en mi asiento - Yo... No quiero hablar de eso - cada vez que mencionaban algo relacionado con Levi la garganta se me cerraba y en el corazón sentia un montón de agujas clavadas, los labios me temblaban y los ojos me ardían.

- Lo digo porque se cómo se siente. Sabes que yo tampoco me llevo bien con mi Padre, es por eso que entiendo lo difícil que es - me miró a los ojos, en ellos podía ver la calidez con la que me abrazaban sus palabras.

Mire a los lados tratando de desviar el tema. Siempre había sentido que los problemas míos, no eran muy importantes, que si se los contaba a alguien mas solo sería una carga que llevarían, un problema que no es suyo, así que nunca los contaba.
No sabía pedir ayuda pero daba todo de mi para ayudar a otras personas.

Cuando estaba a punto de hablar, sentí como sus brazos y su cuerpo me rodeaban en un cálido abrazo, su mano acariciaba mi espalda. Me recargue en ella, escondí mi rostro en su cuello, tratando de contener las lágrimas que amenazaban con salir.
Trague duro para luego separarme de su largo abrazo.

La mire, y ella a mi, por primera vez sentí que alguien me comprendía, que mis problemas no eran un estorbo. Me sentí amada, Amanda y querida cuando me sonrió, cuando tomo mis manos y dejo un beso en ellas. En ese momento quería gritar

¡Me gusta Mikasa Ackerman!

Pero me contuve. La emoción que quería explotar desde mi corazón, que quería besarla. La volví a guardar y convertirla en un enorme sonrojo.