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𝓶𝓲𝓴𝓪𝓼𝓪
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Querida Mikasa:

Cuando mi vida por fin parecía estar en su primavera, un invasor vino y lo destruyó. Corto cada flor, cada planta, talo todos los árboles y quemó todo el cesped verde brillante que empezaba a crecer. Las mariposas ya no vienen, las abejas cayeron muertas, y el lago se seco. Ya no queda nada. No me queda nada...

Con dolor en la cabeza desperté confundida, mire a mi alrededor. Desperté en la sala de un hospital. A mi lado se encontraba un rubio muy preocupado, con una venda en la cabeza y unos parches en brazos y cara.

- _____, ya despertaste.

- Armin ¿Qué pasó? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué estás herido? ¿Estás bien? - trate de pararme pero un dolor punzante en las costillas me detuvo, el dolor era insoportable.

- Estoy bien, no te preocupa. No te muevas, estás muy herida.

- Pero ¿Qué pasó? ¿Nos caímos de la  bicicleta? - no recordaba nada, solo como el viento pegaba en mi rostro, mientras sujetaba bien la cintura de Armin para no caerme. Después, oscuridad, y en aquella oscuridad sentía una sensación de tranquilidad, no había nada pero estaba todo al mismo tiempo. Acaso ¿así se sentía la muerte?

- ¿En serio no recuerdas nada? - me preguntó confundido.

Negué con la cabeza, entonces Armin empezó hablar, me contó lo que había sucedido. Al final solo pude escuchar que Levi había escapado, y que lo estaban buscando por intento de asesinato.

¿Ahora que iba a hacer? ¿Qué va apasar conmigo si mi papi ya no estaba para cuidarme?

Estalle en llanto, pero, ¿por que no podía recordar nada?

La psicóloga que me atendió menciono que eso hace nuestro cerebro para salvarnos, olvida sucesos traumáticos, y que por aquello, también no recordaba gran parte de mi infancia. Aún que no lo recordaba, dolía, así que con eso era suficiente para creer lo que había pasado, más las marcas que había dejado en mi cuerpo. Aseguraban que Levi me había hecho todo esto, para después escapar.

Pasaron días y no me daban de alta por ser menor de edad, pero algo que me tranquilizaba eran las visitas diarias de Mikasa.

- Mira, te traje Mochis, se que te encantan - saco de su bolsa un Topper con comida. - yo los prepare, espero y te gusten.

- Gracias Mikasa - le sonreí

- también traje chocolates, lamentablemente el helado ya está todo aguado - hizo un puchero - pero los dulces están intactos. Más tarde te traeré algo de comer, aunque las enfermeras digan que no, voy a infiltrar comida.

- ¿Tomarás ese riesgo?

- tomaré ese riesgo - se sentó en una esquina de la cama - ¿No te han dicho cuando te dan de alta? - negué con la cabeza mientras mordía el suave Mochi sabor a fresa.

- Espero y sea pronto.

- Mikasa, muchas gracias por visitarme, ¿no sé que haría sin ti? - sonreí tímida, pensando bien las palabras que salían de mi boca.

- por mi no hay problema - sonrió mientras tomaba mi mano - eres mi amiga - enchino sus ojos acompañados de una sonrisa sincera.

Apenada baje la mirada a la deliciosa comida en frente mío. Mi mente me atormentaba con una idea que daba vueltas; confesar mis sentimientos. Había una posibilidad de que sean correspondidos, pero había una mucho más grandes de que no y otra mucho mayor de que se arruinase la linda amistad que llevábamos. Es por eso que durante mi estancia en el hospital, hablé con mis profesores, que también venían a verme.

- Creo que me sentiría bien si solo se lo digo días antes de irme - mencioné.

- Haz lo que que te haga sentir mejor - el profesor Smith tomo mis manos entre las suyas, en forma de apoyo, sabía que podía contar con el.

Un silencio invadió el cuarto del hospital, los ojos se me llenaron de lágrimas, me mordí el labio para intentar callar mis suspiros y gemidos de dolor.

- Tengo miedo de que me odie después de esto señor Smith - confesé entre llantos. Muchas cosas habían pasado en tan poco tiempo, algunas se me fueron igual de rápido; El amor que sentía por Mikasa, La linda amistad con Armin, La ruptura con Marco, el abandono de mi padre y la perdida de mis dos grandes mentores.

Un familiar cercano, dijo que podía cuidarme y encargarse de mi hasta que yo fuese mayor de edad y deseara irme. Aún que el señor Smith y la profesora Zoé se ofrecieron para adoptarme y hacerce responsables de mi no pudieron hacer nada. Salió un inesperado familiar llamado Kenny. No lo conocía de nada y vivía en Canadá, ese era un cambio totalmente bruto para mí, pero no tenía opción.
Todo parecía un sueño, no lo creía en ese momento.

Pero sabía perfectamente que hacer antes de mudarme de Continente... sabía que hacer.

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Pues verán, Kenny vendría siendo su tío, él mismo que crío a Levi, vivio en Francia para después mudarse a Japón y abandonar a Levi cuando esté tenía 17 años. Se fue a Canadá por asuntos peculiares, no podía estar mucho tiempo en el mismo lugar. Por obvias razones es un políglota exelente ya que va de aquí para allá en el mundo desde que tenía 12 años. Cómo ven, el linaje de ______ es muy complicado y disperso.

Espero y le haya gustado el capítulo de hoy

Soy Mei Ivsega, no olviden votar.

Bye <3

18/08/22

Cartas Para Mikasa [Mikasa Y Tú] Terminada ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora