El gato del bastón (Haru en el reino de los gatos)

Dulces sueños

Haru se encontraba en su habitación, la noche adornaba el cielo con las estrellas creando una hermosa vista, aun que ella ignoraba el espectáculo natural, ensimismada en sus pensamientos

Haru: "Permitirse ser feliz.."

La idea era tentadora así como la miel para una abeja, sin embargo aun dentro de ella se cernía la sombra de la inquietud, su origen era la alta estima en que tenia al barón, dudaba si él podría llegar a ver su amistad de una manera diferente con el pasar del tiempo, aun si ella habia crecido no solo en edad si no también emocional, no creía que fuera suficiente ya que no se podía obligar a nadie amar.

Aquellos pensamientos hicieron temblar su corazón en la incertidumbre, sin embargo disipo sus emociones que amenazaban surgir atreves de lagrimas, era muy pronto para caer en la tristeza, además que aun si no podía hacer que el barón la amara, no podía culparse por amarlo

Haru: "Barón.. " *abrazando una almohada* "Quisiera poder estar con usted"

Los recuerdos de sus practicas, en donde se perdía en sus misteriosos ojos y el tacto de sus manos, llegando hasta donde se conocieron por primera vez y la sensación de su corazón palpitar aceleradamente al ser cargada; aun si pronto seria una adulta su corazón aun reaccionaba como aquella vez. Sus sentimientos se fortalecían al conocer nuevas facetas de él, su seguridad ante sus acciones, su vulnerabilidad ante su mortalidad, su genuina preocupación por aquellos que consideraba amigos así como sus bromas y carácter juguetón; entre mas lo recordaba sus mejillas se sonrojaban, era como si sus preocupaciones se disiparan, finalmente sucumbió al sueño

Sus ojos se abrieron lentamente adaptándose a la poca luz que proporcionaba la luna, se sentía confundida sobre donde estaba hasta que su mente hizo clik, era la habitación de invitados de la oficina de asuntos gatunos; Haru no recordaba haber llegado ahí así que la única explicación es que fuera un sueño, con eso en mente se deslizo de la cama para explorar el lugar. Fue un pequeño impulso pero su curiosidad fue mayor al pasar por a habitación del barón, le parecía curioso que tuviera su propio cuarto siendo él una estatuilla; giro la perilla para encontrar una habitación no muy diferente a la suya aun que para su decepción el no se encontraba

Fue al bajar las escaleras que lo vio, sentado en su escritorio junto con algunos papeles, era como si el trabajo le siguiera en sueños, aun que si era su sueño, tal vez.. solo talvez..

Barón: ¿Haru? Que agradable sorpresa

Haru: Hola barón, se ve ocupado

Barón: Eso parece, aun que siempre hay tiempo para una visita en especial si es usted

Haru se sentó a la vez que miraba con expectación al gato mientras él acomodaba los papeles restantes, una vez termino se dirigió para servirle una taza de té

Barón: *entregar el té* Y que le trae por aquí

Haru: Yo quería verlo

Barón: Ya veo

Un momento de silencio se cernió sobre ellos, en la mente de Haru resonaban las palabras se la señora Mochi, aquello le daba la valentía para intentar aun si fuera en sueños de lograr una confesión, de poder expresar su sentir a quien amaba

Barón: Haru, yo... *silencio* iré por más té *levantarse*

Haru: ¡Barón!

Para la sorpresa del barón, Haru le abrazaba por atrás deteniéndolo, ciertamente había tratado de confesarse pero la vacilación lo detuvo, ahora era como si su sueño le dijera de no huyera y enfrentara a quien ahora se aferraba a él

Haru: No se vaya...

Las manos del barón deslizaron las suyas rompiendo el abrazo, aquello contrajo el corazón de Haru ante un posible rechazo, pero un abrazo de parte del barón la tomaría por sorpresa, un abrazo lleno de calidez y afecto que acunaba su alma, ser abrazada de esa forma le hizo más feliz que cualquier cosa aunque las palabras que le siguieron la tomaron desprevenida

Barón: Tengo que decirte lo que siento, ya no puedo ocultarlo

Aun si solo era un sueño, aun si realmente ella no lo escucharía deseaba decírselo con todo su corazón

Barón: *confiado* Quiero que sepas que te amo, me he enamorado de ti, de tu sonrisa alegre que vuelve cálido mi corazón, tus ojos almendrados que muestran el optimismo ante la vida, tu sinceridad así como tu seguridad, Haru, en un principio no sabía qué era lo que me sucedía, cuando te veo mi corazón se acelera y me pongo muy nervioso, pero ahora sé que se trata del más grande de los amores.

Sus palabras dichas con seguridad, aceleraron el corazón de Haru mientras procesaba cada frase, el barón de quien mantenía sentimientos ocultos se confesaba ante ella, aquello fue el último empuje que necesito

Haru: Barón... permítame responder ante su confesión..

Las patas de Haru se deslizaron por el cuello del barón atrayéndolo y al ella ponerse de puntillas logro acercar sus rostros lo suficiente para darle un beso, un beso que contenía su cariño y afecto contenido durante mucho tiempo, parecía como si el tiempo se hubiera detenido hasta que rompieron contacto, Haru miro a los ojos al barón notando su visible sonrojo y sorpresa, aquello le hizo sonreír para después declarar

Haru: Te amo, barón. Te amo. *lágrimas de felicidad*

Barón: *sacar un pañuelo* No llores, Haru *secar las lágrimas suavemente* se que no es propio hacer que una dama repitas sus palabras, pero podría decirlas nuevamente

Haru: Te amo, Barón, mis sentimientos no han cambiado desde que lo conocí por primera vez, te amo

Barón: *abrazarla nuevamente y susurrar* Me haz hecho el gato más feliz del mundo

El trinar de las aves despertaron lentamente a Haru, su visión exploraba su habitación sin verla realmente, su mente recordaba una y otra vez su sueño, era tan vivido que por un momento habría jurado que era real. Aquel sueño lo mantendría como un precioso recuerdo en su corazón.