Día 2. ídolo

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"A pesar de tus mejores esfuerzos, la gente se va a lastimar cuando sea el momento de hacerlo." – Haruki Murakami, Norwegian Wood

Izuku admiraba a Shoto porque no solo era alguien muy fuerte y valiente a la hora de cumplir su deber como héroe, si no que también lo era fuera del campo de batalla. Admiraba como a pesar de todo lo ocurrido en su pasado con su madre, actualmente llevaba una buena relación con ella. Para Deku su novio era su más grande ídolo, pero bien sabía que hasta el más fuerte a veces es débil y el más valiente siente miedo.

Habían pasado un par de años desde que habían salido de la academia, ambos chicos habían estado viviendo juntos por dos años. Actualmente la madre del bicolor estaba fuera del hospital y ahora vivía en una pequeña casa donde solían visitarla sus hermanos y él, en los pocos días libres que tenía y aunque no tenía mucho tiempo para ir a visitarla, siempre intentaba mantener el contacto. Ya sea a base de cartas; las cuales se habían convertido en un hábito ya que era la forma en la que mantenían contacto cuando estaba en la academia. O llamándola por teléfono; ya que desde que salió del hospital Natsuo le había regalado un teléfono para que pudieran estar comunicados.

Ahora Shoto se podía considerar como una persona que estaba en paz consigo mismo y se encontraba libre de tormentos. Finalmente había logrado cerrar sus heridas que el pasado le había ocasionado. Pero, aunque las heridas cierren, las cicatrices siempre se quedan, las cuales son una memoria de lo que sucedió porque ninguna herida es gratis, siempre está acompañada de alguna emoción y para bien o para mal, de alguna forma se vuelve una parte de ti.

Como es natural en una persona, todos contamos con nuestros momentos buenos y con los malos. Este día para Shoto no era uno de los primeros.

Era un día libre para el chico y aunque era normal para él quedarse en cama un rato más de lo habitual. Ese mañana había sido especialmente difícil decidir salir de su cama, no tenía ganas de hacer mucho, pero tampoco quería quedarse en la cama todo el día. Había pensado en visitar a su familia, más no se sentía con ganas de salir de su hogar, por lo que cuando finalmente salió de su cuarto para poder tomar un desayuno ligero, ya era cerca de la una de la tarde. Se tomo su tiempo en comer y mirar distraídamente su teléfono. Una vez acabó se decidió por limpiar un poco su vivienda. Usualmente limpiar y ordenar le traía calma ya que mantenía ocupada su mente así que tomo un trapo limpio y comenzó a sacudir el polvo del mueble de la sala. Uno donde tenían algunos portarretratos. Los aseaba con cuidado de no romperlos pero se detuvo para observar una foto de su novio con su madre.

A Shoto le apenaba admitir que le tenía un poco de envidia a la relación que llevaba su pareja con su madre. La señora Inko siempre había sido muy cariñosa con su hijo, sin contar que podía notar como lucía genuinamente orgullosa del chico, veía como la señora a pesar de temer por el peliverde, siempre lo apoyaba. Por otro lado, Izuku también quería mucho a su madre y eso hacía que luciera como si ambos estuvieran conectados pues ambos se conocían bastante bien. Además de que tenían muchas fotos juntos, las cuales retrataban el crecimiento del peliverde, su madre siempre lo había acompañado, en sus cumpleaños, eventos de la escuela, alguna vacación o simplemente en algún momento espontaneo que habían decidido guardar en una fotografía.

Shoto hubiese dado lo que fuera para que siempre llevará una relación así de buena con la suya, pero el destino no había querido que fuera así y aunque no le gustará a veces sus fantasmas del pasado volvían a la superficie para atormentarlo.

Dejo de lado los pensamientos sobre su chico y su suegra para seguir limpiando pero no tardó en encontrar un viejo álbum de fotos que Fuyumi le había regalado. Decidió ojearlo, pero había sido una mala idea ya que mientras pasaba las páginas y miraba las pocas fotografías que había, sentía como se le encogía su corazón en el pecho al ver como en sus momentos importantes, antes de la academia, su madre no se encontraba en ninguno de ellos. Ausente en las graduaciones, cumpleaños, ganar algún premió o simplemente estar junto a él mientras crecía, no solo era el hecho de que no estuvo ahí, más bien lo que le pesaba era la gran brecha que se había formado entre ellos, la verdad es que no conocían prácticamente nada del otro.

Tododekuweek 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora