11. Tulipanes

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Louis vió las llamadas de Harry pero no se atrevió a responder así que le dejó un mensaje para que subiera hasta su oficina y así acordar cuales serían sus horarios y cuanto seria su paga.

También para que diera alguna información, o sea, algunos datos personales para realizarle una ficha.

Escuchó toques en la puerta, autorizó la entrada y vió esos ojos verdes que lo habían tenido alucinando desde la primera vez.

-Siéntate-_ ordenó _ -Necesito que llenes estos papeles tus datos para que Zayn pueda realizarte una ficha como empleado de la empresa, también necesitamos llegar a un acuerdo para tus horarios y definir también tu paga-

-Está bien-

Harry leía todo detenidamente y escribía sobre el papel sus datos. Estaba muy concentrado que no se dió cuando que Louis lo observaba detenidamente, quizás guardando sus expresiones y manías.

Louis suspiró sonriente, no podía apartar su vida del rizado, era como un jodido imán que lo mantenía atraído a él.

-Listo-_ entregó los documentos y dejó el lápiz sobre el escritorio _ -¿Algo más?-

-¿Qué harás esta noche?-

-Dormir, supongo-

-¿Te gustaría ir al hotel?-

-¿Tú quieres?-

-¿Qué quieres tú?-

-Lo que tú digas-

-Por favor Harry, necesito saber si quieres estar conmigo- _ el rizado quiso que esas palabras tuvieran otro significado.

Y aunque Louis pudo decirlas en otro sentido; no tenía forma de confirmarlo.

-Claro que quiero-_ dicho eso se levantó de su asiento, caminó despacio hasta sentarse en las piernas de Louis, quien rápidamente posó sus manos en sus caderas.

-Dime que quieres estar conmigo-_ susurró el castaño, con sus ojos cerrados mientras olfateaba su perfume.

-Quiero estarlo Lou, solo contigo-_

Ambos conectaron miradas y se besaron, era un beso lento, nada sucio. Louis puso una de sus manos en la mejilla del contrario y este le rodeo el cuello con sus brazos.

Louis llevó sus manos hasta el pecho de Harry e inició a masajearlo, los jadeos del rizado se hicieron presentes gustoso de la sensación.

El ojiazul lo miraba y disfrutaba de verlo en ese estado. Por primera vez quería ser responsable del orgasmo de alguien más, no le importaba su erección, tan solo quería satisfacer al rizado quien ya había iniciado leves movimientos.

-Ve al sillón-_ ordenó.

Harry con la poca fuerza que tenía y la tembladera de sus piernas llegó hasta el sillón y se dejó caer. Trataba de controlar su respiración.

-Haremos algo distinto-_ dijo el castaño, se acercó a su puerta y puso el seguro _ -Harry, necesito saber si quieres que continúe, ¿te parece este lugar? ¿Estás cómodo?-

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