1.1

23 2 0
                                    

Estaba mirando el techo de mi vieja habitación, parecía que mamá no había cambiado nada de el lugar donde yo lo había dejado antes de mi partida. Todo eso me hacía sentir nostalgia, pensando en los momentos donde vivimos todos en la misma casa, no como una familia pero si con la presencia del otro.

Y de un momento para otro, solo éramos papá y yo, podía contar con los dedos de una sola mano las veces que "intento mejorar nuestra relación" tres, y siempre regresaba a lo mismo. En fin, uno no podía cambiar por completo sin intentarlo y el, nunca lo hizo de verdad.

Levante mi mano y la gravedad dejo caer la sudadera que le había robado a Jeremy, en mi muñeca aún se veía los dedos marcados del hombre con quien compartía sangre. Gracias a eso, tenía que limitarme a usar el uniforme de Baloncesto así como las faldas que había comprado el fin de semana anterior.

No me quejo, también me gusta el estilo que usaba con normalidad, pero, también quería sentir la brisa en mis brazos y piernas.

Más motivos de burla para la gente de mi alrededor, no poder quitarme la sudadera cuando el calor de California era insoportable, no poder ir a nadar y muchas veces Jeremy creía que era el culpable de ello, tantas ocasiones que se negaba a seguir con el entrenamiento porque creía que era esta la razón.

Supongo que es normal, no soy la única que pasa por esto pero, a veces quisiera creer que es una pesadilla, que en un momento despertare en mi niñez y papá correrá en mi auxilio diciendo que solo fue un mal sueño.

Baje la mano, por suerte los de las piernas desaparecerían más rápido, eso esperaba. No quería que Mamá viera más de aquellas marcas o Dustin bombardeara de preguntas que solo tendrían mentiras como respuesta.

Ladee mi cabeza, las dos maletas que hizo Sharon estaban a un lado de el marco de la puerta. Me levante y sente en el suelo con cuidado las abrí y evidentemente se notaba como habían metido todo a prisas.

Saque la ropa doblandola para encontrar que estaba la mayoría de mi ropa, y al fondo de esta estaban algunas fotografías.

Una donde una pequeña Lilith sonría con otra niña a su lado, mi mejor amiga de la infancia, Sophia, ¿Aún me recordará? ¿Seguirá siendo la misma chica que quería salvar incluso a una hormiga? Seguramente ella ya tenía a un nuevo grupo de amigas y ya ni siquiera estaba en su memoria.

En otra foto más pequeña que sobresalía muy poco de la palma de mi mano.

-Ricitos.

Sonreí acariciando donde el estaba abrazándome por los hombros, nuestra relación era confusa, podíamos estarnos matando y a los segundos estarnos besando.

Thompson era también uno de sus amigos, si se podía llamar de esa manera pero a su vez, siempre me terminaba recalcando que juntos solo éramos una bomba de tiempo, cuanta razón tenía.

Y el estaba en la última fotografía junto a su padre, ¿Estaría mal considerarlo más padre que el que tenía? No lo creo, el también me consideraba su hija o es lo que decía cuando me invitaban a cenar.

Tres golpes a la puerta y guarde la foto con ricitos, no estaba lista para enfrentar el como habíamos terminado la última vez, me sentía culpable por no decirle y mucho menos a Jeremy.

-Adelante.

Seguía doblando la ropa cuando entró Dustin con una caja en manos y un brillo en su mirada.

-¿Estás ocupada? -di un vistazo a mis manos y deje las prendas para mirarlo y negar - ¿Cansada?

Eso si era cierto pero realmente quería pasar tiempo con el así que de nuevo negué, el sonrió ampliamente y se sentó justo enfrente mío. Miraba curiosa lo que parecía querer mostrarme.

INEXORABLE || STDonde viven las historias. Descúbrelo ahora