No abuses de tu poder.

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Sentía el viento acariciando mi rostro por la ventana del auto, amaba esa sensación que me daba libertad, sentía que Dios acariciaba mi rostro y limpiaba esas lágrimas provocadas por la maldad de la humanidad. 

No decía nada en el camino y me quité mis gafas para permitirme una mayor sensación, Él me miraba y observaba como ondeaba mi cabello con el viento, pude ver su sonrisa por el rabillo del ojo y eso me reconfortó. 

-¿Estás nerviosa?- preguntó Cruz. No contesté porque deseaba sacar ese terror que me estaba paralizando mediante mi sensación con el viento. Aún estaba a tiempo para cambiar el curso de la historia y de todo lo que desencadenaría si continuábamos dirigiéndonos a ese lugar. Pero no, no sabia que decisión tomar, correcto o incorrecto, egoísta o generoso, simplemente  no sabia que era lo mejor y sin decir nada llegamos a ese lugar, el olor a aromatizante para carro inundó mis fosas nasales y me dejé caer en el asiento. Estaba paralizada mentalmente, y escuché el sonido de las llaves girar para apagar el motor del carro, una respiración pesada inundó el interior; habíamos llegado. 

-Iré a pagar, ¿Quieres esperarme en las escaleras Kore?- dijo tomándome ligeramente de la mano. Asentí nerviosa y dándole una sonrisa apurada mientras abría la puerta del auto y torpemente me acomodaba el cabello revuelto y enredado. Estaba avergonzada y sonrojada por lo que sabía que podría pasar. 

-¡NOOOO KORE, NO DEJES QUE SUCEDA DE NUEVO!! ¡¡ QUÉ HACES!!! ¡¡ PORFAVOR VAMONOS, TÚ NO QUIERES HACER ESTO!!-


Aquella voz nuevamente gritó en mi cabeza, y sacudí la cabeza como si tuviese alguna especie de polvo que quisiera quitarme. Me asustaba escuchar esa voz, me daba mucho miedo. Perdida entre mi propia pelea interna me sobresalté al sentir ligeramente la mano de Cruz tomando tan delicadamente mi mano y encaminándome hacia la habitación, no era algo lujoso pero tampoco tan denigrante y me extrañaba que hubiera una pequeña sala afuera de los cuartos. La habitación del fondo nos esperaba y entramos. La oscuridad del cuarto me ponía nerviosa y para distraerme miraba las cosas a mi alrededor, una televisión en la pared, el baño, la regadera, la cama y vislumbré una silla en la esquina del cuarto la cuál tomé inmediatamente para apartarme de la cama. 

-¿Porqué te vas Kore?- preguntaba en risas Cruz y yo me reí también.

-Aquí estoy mejor- dije sin saber que responder realmente

- Ven, por favor no haré nada que no quieras te lo prometo- Decía Cruz. Lo que no sabes es que realmente no se si quiero hacer esto pero también te quiero tanto. Sin pensarlo automáticamente me moví a un lado suyo en el borde de la cama, giró su cabeza para verme y yo sonreí asustada. 

-Solo pasará lo que quieras que pase- dijo susurrando cerca de mis labios- Es más, hagamos de cuenta que hoy tu eres mi pareja, mi novia- y finalizando esta frase juntó sus labios con los míos sin saber cuanto tiempo yo anhelaba eso, contrarrestaba el miedo que le tenia al sexo y sentía una corriente poderosa recorrer mi cuerpo sin piedad quemándome por dentro; no había miedo, era algo tan diferente y nuevo que curiosa, comencé a mover mis labios siguiendo ese beso tan nuevo para mi. Sus manos acariciaron mi rostro y colocaban el pequeño mechón de cabello detrás de mi oreja al mismo tiempo que sentía como sus manos recorrían descendentemente mi cuerpo. Estaba perdiendo la razón de mis acciones y algo me trajo de nuevo a la tierra.

-Kore ¿Traes el collar puesto?- preguntó Cruz y recordé que si lo llevaba puesto era un si, y si no llevaba nada era un no. No llevaba puesto nada pero solo asentí con la cabeza sabiendo que iba a arrepentirme después pero simplemente no podía detenerme. 

Su tacto era tan suave y diferente al que yo conocía, era un tacto tan humano y diferente que cada vez deseaba más y que jamás terminara. Cada una de las sensaciones que mi cuerpo y el suyo experimentaban eran tan nuevas para mi, cada sonido, cada expresión y sabor. Pero eso no duró mucho tiempo ya que justo en ese momento regresó:

-¡VAMOS LEVANTATE, DEJA DE SER TAN PUTA LLORONA SI NO TE HE HECHO NADA! -


Al instante empujé violentamente a Cruz y comencé a llorar tapándome los oídos. Cruz gentilmente tomó mis manos y acariciando mi cabello me susurró:

-Sólo haré lo que tu quieras que haga, jamás haré algo que no quieras- y comenzó a besar despacio mis labios, como si quisiera que me acostumbrara lentamente a la sensación física de estar con él, no supe en que momento comencé a besar tan desesperadamente sus labios, quería más de eso, más de ese amor que estaba sintiendo al desnudarme en cuerpo y alma frente a Él y poder tocarlo. Era todo tan mágico sin contar el ligero detalle que Estrella era mi amiga y pareja de Cruz. Sabía que esto estaba mal y que si ella se enteraba la lastimaría demasiado pero simplemente no me importaba, yo también quería sentirme amada pero jamás había tomado una decisión tan estúpida como esa que posteriormente terminaría doliéndome y estigmatizándome. Amaba a Cruz pero eso no significaba que todo saldría como yo quería. 

Al terminar mientras nos cambiábamos me observé al espejo mientras me acomodaba el cabello y Cruz se colocó a mi lado sentándome en sus piernas. 

-Que chica tan hermosa- susurró  a mi oído mientras volvíamos a besarnos. Yo era su chica y eso estaba bien para mi en ese momento. Que equivocada estaba. 

Mientras Cruz conducía de regreso a mi hogar miré las estrellas de esa fresca noche, estaba muy feliz ya que no había imaginado lo mágico que era aquello, pero como todo lo efímero de este mundo se había terminado antes de que comenzara. 

-Kore mírame- obedecí

-Hagamos de cuenta que esto no sucedió, yo no quiero perder a Estrella por culpa tuya esto sólo ha sido una aventura, un desliz, supéralo pronto-  Y con ello, todo se fue a la mierda nuevamente. 


AVE FENIXWhere stories live. Discover now