Los nervios me están ganando, es la segunda vez que voy al baño desde que llegué a la oficina, Samuel me ha dado sus tips para no sentirme así, pero la verdad es que no bajan, es diferente el presentarle una propuesta a él, que me de más trabajo en temas administrativos a que esté aquí a punto de presentarle una propuesta de mejora de calidad al dueño de esta misma empresa. ¿Por qué carajos Liz está de baja por maternidad?
La hora se acerca, tomo mi computadora y notas para poder irnos a la sala de juntas. Mientras me acerco respiro mucho, nosotros vamos a estar primero, calibrar todo y armar la presentación con los temas prácticos. Por supuesto que Samuel lleva por completo la batuta de todo proyecto, pero me comentó que el Director tiene la costumbre de preguntar a los demás miembros del equipo y dado nuestro reducido número es algo que mejor prevenir.
45 minutos más tarde y yo más relajada, veo que la puerta se abre, me pongo de pie y acomodo mi ropa, apenas levanto la mirada, mis nervios se aquietan por completo y choco la mirada con unos ojos que estoy segura que en algún momento ya he visto. No digo nada, solo saludo y me presento, evitando ser tan obvia por lo que acaba de pasar y me ha hecho sentir.
—Bien Samuel, estamos ansiosos por escuchar esta propuesta y así por fin concluyamos el proceso de reclutamiento que necesitas.
—Eso espero yo también Señor Bustamante, así que aprovecho para pasarle el material y así nos puedan seguir con todo lo que tenemos para compartir.
Apenas lo pronuncia yo lo hago tranquilamente, abriendo las carpetas y acercando todo el material. Es todo demasiado extraño, no entiendo porque siento quietud y fuerza, pero la presentación sale como lo esperamos.
—¿Cuándo comenzaron a trabajar con este proyecto Señorita Constanza? —pronuncia él, son las primeras palabras que dice en toda esta reunión.
—Apenas me incorporé a este programa de prácticas, el Maestro Samuel ha ido encaminando mi trabajo a este proceso de calidad, hemos buscado, experimentado y comprobado todo lo presentado aquí para concluir en estos resultados.
—Bien, al parecer entonces Samuel encontraste a un buen elemento para este proyecto —pronuncia él mirándome fijamente, le aguanto la mirada, pero no de manera retadora, sino hipnótica, esto es... indescriptible—. La decisión del equipo que quieras formar nos la haces saber y felicidades por estos resultados tan positivos, mi padre y yo vamos a revisar los últimos detalles, ya tenemos los comentarios de la junta y nos reuniremos solo para ello, pero no le veo fallas en todo lo que se desea implementar, así que ve buscando personal Samuel y nos informas para trabajar esto.
Ambos se levantan, por inercia lo hago, es bello mirar a un hombre como él, alto, fornido y con una presencia que me está haciendo sentir fuerte, grande. Nos dan las manos en señal de felicitación e instantáneamente al recibir la mano de él siento chispas, elevo mi mirada y nuevamente cruzamos por más segundos de los que corresponden. Esta vez soy yo la que reacciona y se separa, ¿qué es lo que está pasando? ¿Qué es lo que acaba de pasar?
Apenas se van Samuel y yo festejamos, me dice que mis respuestas fueron las que necesitaba justificar y que se va a comprometer para que me den el puesto no como asistente, sino como parte del equipo de calidad de procesos. Le agradezco y le ayudó a dejar todo en la sala de juntas como corresponde. Me siento feliz, pero no lo demuestro tanto como él. No sé que me pasa, pero tengo mi mente completamente sumergida en él, su mirada, su mano... ¿debería de sentir esto? Lo acabo de ver, lo acabo de conocer, pero me encantaría salir corriendo a averiguar todo lo que me sea posible de su vida... Conocerlo.
—Andrea, por favor, necesito los datos y detalles que tengas de la persona que está con Samuel en el proyecto de procesos. Me los pasas a mi oficina —dice dando ordenes, no solicitando.
No da más explicaciones, solo se va directo a su escritorio. Algo en él como conmigo está en su cabeza, pero el tiene ventajas, él si puede responder las preguntas que su cabeza formula.
Apenas llego a la oficina dejo caer todo al escritorio y me siento. Samuel siente lo mismo después de esta presentación. Tenemos algunos detalles que platicar, sobre todo de la retro que nos dieron en la junta, claro que, si hay algunos cambios, pero nos ponemos en primera instancia a modificar la ejecución de tiempos, a su vez para no olvidarlos tenemos una lluvia de ideas y hacemos los cambios. Apenas terminamos, me dirijo al baño principal para cambiarme, saco mi pantalón negro y unas bailarinas para estar más cómoda mientras vaya a revisar algunos detalles a la planta. La verdad es que necesito caminar un poco, así que acepto llevar permisos para firmar y así despejarme. Siendo honesta solo quiero despejarme de una sola cosa; él, no dejo de pensar en su mirada, su voz, en la tranquilidad que me ha dado su presencia, pero todo sobre todo en la importancia que le ha dado a mi opinión y a mi trabajo. Alguien que tiene todo, que es quien tiene voz y voto... él. Trato de no pensar, me llegan algunos mensajes de mi familia esperando que les diga que estoy bien y que todo ha salido bien. Así que contesto brevemente y me dirijo a terminar los pendientes para este proyecto ya casi aprobado.
—Señor, le paso toda la información y le confirmo también la reunión para el día de mañana con...
—Cancélala Andrea y por favor busca el convenio que tenemos con la Universidad de Guadalajara, necesito me hagas una cita al medio día con el jefe de departamento o coordinador de carrera, el que lleve este asunto.
—¿Pasa algo con ese tema Señor? —pregunta Andrea un poco desconcertada.
—No, al contrario, tanto tu como las personas que vienen de esta Universidad son bastante eficientes y buenos elementos, así que creo que se requiere una visita de mi parte, antes de que abran la siguiente convocatoria.
Andrea asiente y se retira, ella tampoco es grande, 35 años de vida y 5 en esta empresa siendo asistente de Carlos Bustamente, el hijo de en medio del matrimonio Bustamente Dreg, es él quien heredará el legado empresarial de su padre y se está haciendo más que parte de todo lo que corresponde.
Los pendientes para ambos terminan y salimos, a la par, pero por accesos diferentes, él me ve a lo lejos e indudablemente siento su mirada, pero esta vez no decimos nada, solo vemos como el otro comienza su camino, uno dónde ya nos tenemos en la mente. Esperando el siguiente encuentro o tal vez hasta provocándolo.
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AL FIN TE ENCONTRÉ©
RomanceESTRENO PRÓXIMAMENTE. Los romances clásicos tienen su magia, con el príncipe rescatando a su princesa de los peligros del mundo. Pero, ¿qué sucede cuando no hay un héroe que acuda al rescate? ¿Qué ocurre cuando tanto el camino como el destino se co...