3.

23 1 0
                                    

—¿Cuántos elementos están en nuestra empresa, Maestro? —pregunta Carlos al coordinador de carrera, no puede creer que tiene al presidente de una de las empresas del programa de vinculación laboral buscando respuestas y tener mayor número de estudiantes entre sus filas corporativas.

—Particularmente de este Centro Universitario, tenemos solo 2 plazas y son bastante peleadas, la realidad es que son alumnos de excelencia y apasionados por su carrera y buscamos que cada año tengan nuevos candidatos con ustedes, buscamos que las oportunidades laborales para los recién egresados incrementen, sobre todo por sus capacidades, es por eso que también la competencia por esas plazas tiene sentido para ello.

—Bien lo entiendo, entonces haré lo pertinente para que sean el doble y con carreras que puedan ser afines a lo que buscamos. Han resultado muy buenos proyectos y respuestas de parte del alumnado, así que porque bajar la cuota si podemos tener crecimiento con ellos.

—Le haré llegar a su asistente todos el papeleo correspondiente para que así le sea a usted más fácil, yo coordino con el departamento de vinculación.

Carlos se levanta y va hacía la ventana de César, nuestro coordinador de Administración, buscando algo... a alguien.

—¿Me puede compartir características de la carrera?

Él tiene mi horario, así que cuando Andrea le confirmó los espacios disponibles para la reunión, buscó que empataran con los míos. Por supuesto que busca que nos topemos, él igual que yo tiene preguntas a las que busca darles respuestas, pero no son preguntas que se formularán con palabras, sino con el estar. Necesita tiempo, Gerardo, su elemento de seguridad está afuera de la oficina igual de desconcertado que el coordinador y sin entender la aparente premura de aparecer por la universidad, hasta hace unos días no tenía ni idea de que existían personas realizando prácticas en su empresa y ahora personalmente se está encargando del asunto,

Responde a Andrea para revisar los tiempos, no ha cancelado ninguna reunión y Gerardo siempre busca que sea puntual como a Carlos le gusta. Ve que se despide del coordinador y se levanta, apenas le va a preguntar por el rumbo cuándo los pasos de él los dirige aún más adentro del campus.

—Gerardo por favor espérame en el auto.

—Señor, pero... —refuta él.

—Es un campus Gerardo, no creo que alguien aquí ni me espere y mucho menos atente contra mi. Permíteme encontrar respuestas y regreso contigo.

—Como usted mande, Señor.

Gerardo toma camino hacía un lado y Carlos a otro. Ya ha localizado a sus respuestas.

—¿La veo entonces el jueves, Maestra?

—Creo que hay bastante que trabajar Connie, así que te veo mejor el siguiente lunes, establecemos el cronograma de trabajo y así revisamos los detalles de tus prácticas, te quedan como 60 horas, ¿no?

—Sí, estoy ya revisando todo para que esto ya finalice bien. Sino hubiera sido por diciembre estas ya las hubiera terminado.

Ambas reímos, los calendarios de egresos se ponen bastante difíciles, tantas actividades que hacer me ahorcan, sino es porque dejé pocas materias para este semestre hubiera sufrido colapso mental, de eso estoy segura. Me despido de la Maestra Erika, que ha sido como mi ángel en todos estos semestres, no solo como tutora, directora de tesis y maestra de clases, sino como la mejor consejera que la vida me ha podido dar.

Ajusto a mis brazos todas mis cosas, pero indudablemente y como siempre, tiro algo, pero por primera vez y ante mis quejas, alguien me está ayudando. Doy las gracias cuando volteo para encontrarme la sorpresa de mi vida. Es él quien me está auxiliando.

AL FIN TE ENCONTRÉ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora