AL FIN TE ENCONTRÉ©

7.

Tuve una noche como no la había pasado creo que en meses, sintiéndome increíble, teniendo bellos sueños con Carlos y mis propias y raras ilusiones.

Me despierto apenas y hago mi cama, acomodo los muchos cojines que decoran mi cama y me preparo para salir a hacer un poco de ejercicio, mi papá no está, al parecer fue a la iglesia temprano, así que hablo algunos detalles con mi mamá, siempre hemos sido lo suficientemente cómplices como para no contarnos lo necesario, a veces es más fácil hablar cuando estamos solas, así que por un par de minutos le digo de Carlos desde otra visión, apenas y serán las 9 de la mañana, así que creo que el haber tenido la noche de por medio ayuda por que me da unas palabras diferentes a las de ayer, no desde un enojo, sino de un un punto de vista de mamá diferente.

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Salgo a caminar antes de que se haga un poco más tarde. Cerca de casa tenemos un espacio para ello. Al ser domingo y temprano, no encuentro muchos vecinos, lo cual me hace meterme completamente en lo que estoy haciendo, así como en mis propios pensamientos. Me siento bien aunque un poco confundida, y no dejo de pensar en la frase "la vida te puede cambiar de un momento a otro", ya que hoy creo que también aplica para cosas lindas.

Suelo ser extremista para estos detalles llegando desde el demasiado romanticismo a ser completamente cerrada a ello. Y aunque aun no sé el camino que vamos a tomar, el que me encuentre caminando hoy, sonriendo mientras lo pienso, creo que me da esperanza para pensar en cosas bellas. Cerca de las 10 de la mañana recibo el mensaje de Clarissa para que vaya a desayunar, tengo uno también de Carlos, uno que no había visto, así que en el corto trayecto me voy leyéndolo.

Me está dando las gracias por la montaña rusa de situaciones y emociones que pasaron ayer, pero muy a su manera, siendo nuevamente romántico y poético. Me quiero poner cursi yo también, pero no sé por dónde empezar, así que mejor sigo caminando antes de llegar a casa. Al desayunar y afortunadamente volver a tener una plática normal, sin ser cuestionada por Carlos, es cuando las ideas vienen a mi cabeza.

Subo a mi cuarto, dejo mi ropa de deporte y voy directa al baño, no sin contemplar y pensar en la respuesta que quiero dar. El agua ayuda, así como una canción que ahora particularmente tiene un nuevo sentido en mi vida. "Eclipse de luna" de Maite Perroni suena en mi playlist de Spotify, ha sido por mucho tiempo una de mis canciones favoritas, por diferentes detalles, tanto en la letra, la canción, así como la voz de Maite. Inspirada regreso al cuarto a escribir mi respuesta, eso parece más una carta y agradezco que haya tenido la iniciativa de conversar por WhatsApp por qué responder por mensaje de texto hubiera complicado lo cursi que me puse. Le aviso también mis planes de desconexión y tesis que tengo para este domingo, así ansiaré más verlo el lunes. Carlos responde que él estará con sus papás y solicita mi permiso para hablarles de mi. La verdad es que después de todo lo que pasó con mis míos no tengo mi cara para decir que no. Creo que por lo menos la manera en la que él lo quiere hacer es mucho más fácil de llevar que lo que pasó en mi casa.

Me confiesa que a pesar de eso se siente nervioso y que espera que tomen a bien lo que él les va a decir. Esas palabras me toman más que por sorpresa, no entiendo a qué se refieren, y no tengo lamentablemente el tiempo para pedirle que si me puede explicar esa respuesta que me está dando. Le digo en cambio que me dejó confundida y que me estoy alistando para ir a la iglesia, que le escribiré más tarde. Él solo responde con un, "que te vaya bien, bonita, nos leemos más tarde". Pero mi mente piensa en todo lo que hablamos ayer, en sus papás y lo que pueden decir de nuestra relación. Tal vez Carlos no quiere pensar en lo que nos puede traer, tanto en las dificultades, como en los comentarios de ambas partes, que aunque ya recibí todos los de mis papás, también estoy consiente sobre el lado dónde más vamos a recibir.