Capítulo 4 ➵ Playing With Fire

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Actualidad:

Las Vegas

Jason:

—En ese caso... que se abra el telón. —Dije, extendiendo ambas manos sin apartar la vista de Chad Atkins. No me había reconocido, pero noté en su mirada que algo en mí le perturbaba profundamente. Cogí mis cartas, barajándolas mientras sentía su escrutinio. —Me miras mucho. ¿Nos conocemos?

—No, es solo por la expresión que usaste. —Respondió con una sonrisa leve. —Yo también la utilizo bastante. Pero te soy sincero, aunque nos conociéramos, no sé si te recordaría. Veo a demasiada gente todos los días.

—Entiendo. —Dije, fingiendo calma. —Yo también veo a mucha gente, pero no soy como tú. Mi memoria es una maldición, no olvido absolutamente nada. —Dije y él me miró con interés.

—Créeme, es mejor no tener nada en común con Chad. —Intervino Zac, el tipo moreno de ojos azules que estaba en la mesa. El otro, un rubio, había estado en silencio desde mi llegada, observando sin decir palabra.

—Juguemos tranquilos, Zac. —Respondió Chad, tirando una ficha al centro de la mesa con despreocupación.

—Voy. —Murmuró finalmente el rubio, lanzando también una ficha.

—Voy. —Repitió Zac, sin dejar de observar la mesa.

—¿Cómo te llamas? —Preguntó Chad mientras yo lanzaba mis fichas, mirándome con una mezcla de curiosidad y diversión.

—¿Lo recordarás si te lo digo? —Le respondí con sorna.

—Bueno, si pierdes, probablemente lo olvidaré. Pero si ganas, lo recordaré, sin duda. —Dijo, esbozando una sonrisa torcida.

—Entonces te aseguro que lo recordarás. —Respondí, con una sonrisa desafiante. —Me llamo Harry.

—Parece que tienes mucha confianza en ti mismo, Harry. Me encanta la gente como tú, ambiciosa. —Se rió con una mueca. —Si he llegado hasta aquí es gracias a las personas que siempre aspiran a cosas que están fuera de su alcance. —Hizo una pausa, mirándome fijamente. —Te sorprendería la cantidad de gente interesada que hay en el mundo, hoy en día no puedes confiar ni en tu propio hijo.

Sus palabras me golpearon como un puñetazo en el estómago. No pude evitar pensar en Liam, en cómo lo cargué en brazos para llevarle a la morgue. Sentí un nudo en la garganta y un mareo repentino. El aire del casino me asfixiaba.

—Necesito salir un momento. —Dije, levantándome bruscamente de la mesa, mi voz quebrada.

Asher:

Vi cómo el chico se alejaba rápidamente hacia la salida, casi tambaleándose. Parecía que algo le había afectado realmente.

—Vaya, debía tener una mano tan mala que casi se desmaya. —Se burló mi padre, intentando hacer reír a Zac y a mí. Nadie le siguió la broma. —¿Seguimos jugando?

—Yo puedo esperar un poco. —Respondió Zac, consultando su teléfono con calma. —Si queréis esperar a ver si vuelve, no tengo problema.

—No va a volver. —Dijo mi padre con confianza. —Ya entendió que no puede ganar.

—No lo creo. —Intervine, observando la mesa vacía donde antes había estado el chico. —No ha mostrado sus cartas, definitivamente volverá.

Gisele:

—¿Jason? —Lo llamé mientras salía detrás de él del casino, siguiéndolo hasta el banco donde nos esperaban Eric y Casey.

—No puedo hacerlo. —Dijo con la voz rota, desabrochándose los primeros botones de la camisa como si el aire le faltara.

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