Sus ojos se abrieron poco a poco, dando la señal de que ya despertó, a los momentos de haberse levantado, escucho los llantos de su madre, de verdad estaba afectada igual que el.
Sólo recordarlo, le dan ganas de romper en llanto, no lo creía, de verdad lo que sucedió anoche era Real?.
Se levantó de la cómoda cama, se dio un baño intentando despejar su mente, lo cual le fue un poco difícil, se puso un traje cómodo y se dispuso a ponerse la armadura.
Bajo las escaleras con la mirada baja, al alzar su mirada se encontro con algunas de sus sirvientas, se acercó lo suficiente y las saludó.
—-Buenos días -— dijo Bodoque con la voz apagada.
—-Buenos días príncipe Juan Carlos Bodoque de Vodoque, espero que halla amanecido mejor. -—dijo una de la más altas del grupo de sirvientas, las demás se limitaron a dar una reverencia.
—-Si lo estoy, donde están mis padres?-— dijo Bodoque, desde que bajo no escucho ya a su madre, supuso que ya se tranquilizó.
—-Están en la entrada -—dijo la misma sirvienta que lo saludo.
Bodoque no dijo nada, se dirigió a la salida, escucho a un caballo relinchar, y después como se escuchaba el ruido del caminar del animal.
Bodoque salió, sus padres se encontraban en la entrada despidiéndose del ataúd el cual se encontraba en una carreta que llevaba el caballo.
—-Buenos días padres -— dijo asiendo una pequeña reverencia.
-—Buenos días hijo -—dijo serio.
-—Como estas madre? -— dijo Bodoque mirando a Mitsy ignorando el tono en el que le contestó su padre.
-—Esto......-—Fue interrumpida por su esposo.
-—Tu madre está mejor—- dijo con un tono serio, hoy sería un gran día, pero fue arruinado por una horrible perdida.
-—Por que no estamos yendo?...-—
-—Tu madre está tratando de entender lo que sucedió hace un momento, no queremos hacer que empeore, además que los Triviños vendran—- dijo viendo donde solía estar el caballo de hace unos segundos.
—-A que hora llegan los Triviño? —- dijo el conejo viendo la espalda de su padre.
-—Llegarán en algún momento. —- dijo ya demasiado estresado, habían muchos planes para hoy, muchas cosas por hacer, le preocupaba demasiado.
—-Esta bien, me retiro -— dijo dando la vuelta y acercándose a la puerta para entrar.
Se dispuso a dirigirse a el comedor, las sirvientas al darse cuenta de eso, fueron a la cocina, y le trajeron su comida, minutos después escucho abrirse la puerta, pasos resonaban por las paredes de aquel Castillo.
Se apresuró en comer lo que pudiera y después se puso el casco. La persona que estaba en frente suyo, era su único amigo, Tulio Triviño.
—-Buenos días, Juan Carlos Bodoque de Vodoque, como haz estado querido amigo?-— dijo Tulio dando una pequeña reverencia al mencionado de sus palabras, tenía que mantenerse firme enfrente de su padre que lo observaba desde lejos.
