Callendo al vacío

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Y es que iba callendo a un vacío, en el fondo garabatos tan viejos que se llenaron de espinas y una que otra rosa.
Cuando flotaba, cuando el tiempo se detuvo pude ver cada parte de mi alma, cada vida pasada y cada alucinante parte de mí y mi existencia que era más un garabato callendo a este vacío en dónde solo seré una espina más de un retorcido y muy abstracto manchón de carbón en un cuaderno de aquel que se dice artista, aquel que con sus letras se dice poeta sin saber que también es parte de este garabato.

Garabatos, sonrisas y nostalgiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora