Ella

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Yo no lo sabía ella sonreía por no llorar como lo hacía a solas cada vez, no dar explicaciones solamente sonreía.
Yo en cada poesía moría pues no lo sabía,
soy tan tonto que nunca lo noté.
Es que ella para mí es perfecta y su sonrisa para mí es un golpe crítico del cual hasta la fecha aún no me recupero, he quedado más tonto desde esa primera vez que reímos en una plaza con la tierra a nuestros pies.

Sentía una daga en su pecho que hería y hacía dudar de cada cosa buena o mala, ella sufría y yo no veía su agonía.
La sangre no es el único señalamiento de una grave herida.

Ella gritaba en silencio, yo escribía a gritos y aún así ella no dijo nada y yo lo escribí todo.

A ella se le escurría el alma al sentir que tratar de estar bien estaba mal, yo era feliz supuse que mientras la dejara ser, le diera tiempo ella surgiría como un hermoso fénix, le di todo lo que tenía y podía darle.
Ella no dijo nada y yo tampoco el amor seguía, mientras mi poesía perecia se secaba pues nunca recordé regarla. Me fui por mucho tiempo y ahora que vuelvo los versos están descuadrados, las rimas dieron frutos de más.
Ella... Mi ella dejo de respirar entre alucinaciones que ahora a mí tienden a querer atormentar...

Pobres pesadillas creen que un tonto que perdió a su ella tiene un poco de miedo, por favor yo saltaría a un volcán total ya todos sueños son sobre ella, son una pesadilla y una bendición pues son mi paz ya que en sueños tengo a mi musa completa.

Garabatos, sonrisas y nostalgiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora