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Entre dos furgonetas se encontraba una Dama Elegante, tranquila, serena, pero esto sólo por el momento, ya que la sed de venganza recorría todo su cuerpo.
Ella observaba el cielo oscuro, en una noche la cual carecía de Luna <<que curioso hay Luna nueva>> ¿esto sería acaso una señal? Habría que averiguar lo.

Jenniffer siempre pensó desde pequeña, que cada noche en la que no había Luna era porque nada bueno acontecería.

Aunque las palabras se las lleva el viento y los pensamientos el tiempo.

::Mi Conciencia::

^Soy fuerte.^

°Eres fuerte.°

^Soy fuerte.^

°Eres fuerte.°

^Soy fuerte y les haré saber que mi fortaleza es inquebrantable.^

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A lo largo del camino se hacía menos visible la carretera, pues esta se iba perdiendo.
Las tres furgonetas aparcaron a unas cuadras del Guantanamera.

—Ya saben que hacer, entramos por detrás, dos grupos a los laterales del local y uno conmigo —dijo Jenniffer a sus hombres.

—Y vosotros dos a mis espaldas.

Dijo mirando únicamente a Lucas y a Marcus.

-Maten a cualquiera que atente contra sus vidas, he venido aquí con quince hombres y voy a regresar con quince hombres ¿les queda claro?

-¡Sí Dama!

Dijeron todos al unísono.

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Caminaban sigilosamente, hasta tal punto que las luces del local se hacían cada vez más patentes.

Omnisciente--Más bien Jenniffer caminaba sigilosamente, sus hombres eran unos trogloditas pisando árboles... "Silencioo"•

-Todo con el menor ruido posible.

Susurró ella.

Jenniffer hizo una señal con su manos, indicando a sus hombres seguir ←y→.

Entrando Jenniffer, Lucas y Marcus por la puerta de limpieza... Todo despejado. Continuaron por la izquierda, pero en ese momento tenía que separarse para cubrir mayor perímetro.

Omnisciente--No me fastidies, otra vez con eso de dispersarse. Menos mal que no es una película de miedo y tenemos la certeza de que no aparecerá un yeti a la vuelta de la esquina•

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Jenniffer izquierda, Lucas derecha y Marcus delante. Ésta primera se adentra a la cocina, la cual extrañamente está desierta. Con solo un pie dentro es estirada por la cintura y tapada por la boca, entonces comienza a forcejear con el hombre que por el tacto de la palma con la mejilla es áspera.

Dicho sujeto se atreve a manosearla en los pechos <<ni muerta>> Jenniffer saca el cuchillo que traía consigo y se lo clava en el muslo, este la suelta para caer en las baldosas frías de la cocina.

-Maldito cerdo don nadie.

Acto seguido le dispara en el corazón.

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MI DAMA ELEGANTE© ➖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora