YA NO MÁS

ALGO ESPECIAL

Kara entró a su casa sin saludar a sus padres que estaban en la cocina, sólo se dirigió hasta la sala y se tiro en el sillón, su mente estaba satura de pensamientos sobre lo que le acababa de pasar; desde el momento en que la vio salir de la escuela, su corazón se descontrolo al saber por lo que iba a pasar, incluso pensó en salir corriendo, pero al final, se quedo, y no se arrepentia, "Jess es mi novia, "¡Tengo una novia!"; el rostro de la chica se coloreo de rojo al mismo tiempo que su cuerpo se llenaba de felicidad, tomo un cojín del sillón y lo abrazó, cerro sus ojos para disfrutar aquella sensación que recorría su cuerpo, en ese momento solo podía agradecer al destino.

En ese instante se levantó velozmente, se sacudió su cabeza, se pregutaba porque actuaba de esa forma, lo peor de todo es que lo había hecho en público ya que después de las escuela, tuvo una pequeña cita en el parque con Jessica, aunque en un principio Kara mantenía su imagen de siempre, conforme pasaron los minutos un lado de ella que no sabía que existía salió a flote, siendo cuando la chica de pelo castaño le colocó una pequeña flor azul entre su cabello la gota que derramó el vaso, pues, causo que cediera a sus emociones por completo, una flor que aun tenia entre sus cabellos dorados, se la quitó con el mayor cuidado, no entendía como una situación así la ponia de esa forma, "¿Como rayos sé hace eso?", " Quiero que ella se sienta igual", dejo salir un suspiro, suponia que su novia estaba muy feliz en ese momento, pero queria hacer algo por ella, algo muy especial.

Entonces se percató de algo que olvido por completo, miro hacía atrás, en la entrada de aquella habitación se encontraban sus padres observandola con sus sonrisas en su rostros. —(Kara) No lo hagan… ¡no!— sin poder hacer algo para impedir, recibió un gran abrazo que duro alrededor de unos diez segundos, incluso parecían mucho mas emocionados que ella. —(Eliza) Entonces… cuando conocere a mi nuera—.

—(Jeremiah) ¿Que no era Jessica?—. Eliza le dio un pequeño golpe a su esposo, ellos ya conocían a Jessica desde hace tiempo, pero a lo que ella se refería, era a que fuera por lo que era ahora, la novia de su presiada hija, incluso empezó a llorar por la felicidad de saber que Kara encontró a alguien especial.

Aquel acto incómodo a la Kryptoniana, ver como su padre trataba de tranquilizar a susu madre, solo quería ser tragada por la tierra. Después de unos minutos las cosas se controlaron, mientras comían un pequeño postre, Kara les platico lo que había pasado ese día, aunque sentía un poco de vergüenza al hablar de ese tema en frente de ellos, su corazón se alegro al ver como la apoyaban y le daban ánimos, realmente no eran sofocantes con las preguntas que hacían ya que no la querían molestar, eran felices al ver a su hija con aquella actitud, una que anhelaban que no cambiara por un largo tiempo.

La hora de la cena llegó, Jeremiah fue el primero en dirigirse a la cocina y preparar algo para festejar la ocasión, Eliza estaba a punto de hacer lo mismo cuando fue detenida por su hija, —(Kara)No vallas a hacer un drama por esto… quiero hacer algo para ella, invitarla a cenar, pero quiero que sea especial y no tengo idea de como hacer eso… ¿alguna idea?—.

No pasó ni un segundo, cuándo su mamá empezó a saltar de felicidad, su hija le estaba pidiendo un consejo, todo ocurrió tan rápido para ella, la chica rubia solo se dio una palmada en la frente mientras se empezaba a arrepentir de pregutarle, "Bueno, era ella o Babs", después de que se tranquilizó, ambas tuvieron una larga plática.

A primeras horas del día siguiente, Kara se dirigía al restaurante vegetariano, el cual conoció gracias a su novia; dentro solo había personas que comían algo ligero como desayuno, para su suerte, ya se encontraba la persona a quien buscaba, la chica de pelo rosa terminaba de tomar la orden de un cliente cuando se sorprendió de ver a la rubia, —(Nao) Kara, me alegra que estés de vuelta, ¿Vienés con Jess?—.