Capítulo 8

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Estaba confundido...frustrado. ¿Acaso solo diría eso? En ese momento no pude evitarlo, lo admito...Pensé en lo peor.

-¿C-Cómo que no está bien? ¡¿Qué pasa?! ¡¿Dónde está?!- Las palabras brotaron de mi boca sin algún sentido. Estaba desesperado, necesitaba verla, saber que estaba bien y seguía conmigo.

-Ella...ella esta estable, está despierta pero sigue en un estado delicado.- La expresión el su rostro era de preocupación y tristeza pero eso no cambiaba el echo de como me sentía en ese momento.

-¿Puedo pasar a verla?- dije decepcionado y preocupado a la vez, no podía creer lo que había echo. Me preparé para verla en ese estado. No sería la Victoria de siempre. Su sonrisa no iluminaría la habitación, sus mejillas no serían rosadas y sobretodo...Ella no estaría feliz.

La enfermera simplemente asintió y presionó un botón rojo en la pared, el cual abría las puertas al final del pasillo.

-Habitación 143, Al fondo del pasillo gire a la izquierda.

Asentí con la cabeza mientras murmuraba un leve gracias y empecé mi camino a lo largo del silencioso pasillo, entre más me acercaba a su habitación mi corazón se aceleraba cada vez más y el hoyo en mi estómago se hacia más profundo.

El orden de las habitaciones bajaba a lo largo del pasillo.

146...145...144...143.

Aquí era. Suspiré. Detrás de esta puerta estaba mi mejor amiga. No estaba listo para verla. No así. No toleraría verla conectada a tantas cosas.

Lentamente abrí la puerta di un paso silencioso dentro de la habitación. El leve sonido de la maquina que registraba sus latidos era angustiante. Me senté a su lado y suavemente coloqué un mechón de cabello detrás de su oreja.

Las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos. Su rostro pálido, sus manos frías y sobre todo sus ojos entreabiertos. Sus muñecas permanecían sobre su vientre bien bendadas. La habitación era bastante amplia. Fría...Pero sobre todo deprimente. Las miradas de la gente al entrar a su cuarto eran dolorosas, la manera en la que hacían contacto visual y negaban con la cabeza.

De vez en cuando el leve murmullo de "Mira, es familiar de la suicida...".

-Victoria, hermosa no....no puedo verte así. ¿Acaso no ves cuanto te amo? ¿Lo mucho que te necesito aquí? Princesa no puedo seguir sin ti. No quiero hacerlo.

Sentí como levemente apretaba mi mano. Voltee a verla y levemente me sonrió.

-L-Lo siento...No debí hacerlo.

Pude sentir como mis ojos se aguaban de nuevo, pero esta vez las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas. Lo sentía. Sentía haberlo echo. ¿Qué hubiera pasado si lo hubiera logrado? Si no estuviera aquí...conmigo.

Suspiré. No podía dejar pasar esto por alto.

-Victoria lo hiciste y no puedes cambiar eso..mírate. No tienes que hacer eso. ¿Olvida todo si? La promesa, lo que pasó entre nosotros...Simplemente todo.

¿Dolía decírselo? Si.

Pero era cierto, ella no cumpliría la promesa. ¿De que servía tenerla entonces?

-Luke yo...- Tosió levemente- L-Lo siento perd-dóname

Simplemente besé su frente y negué con la cabeza.

Aquí terminaba todo.

A la mierda la promesa.

A la mierda seguir intentando.

La pregunta es...

¿Quién será el que destruya todo lo que alguna vez hubo entre los dos?

Lo prometiste...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora