"No te acerques a él, es peligroso. Una vez que entras en su juego, nunca puedes salir"
Pese a todas las advertencias. Ella lo hizo.
Ella se acercó a él sin saber todas las consecuencias que eso le traería.
Sin saber que todo eso era un juego sin...
–¡Alisa! -Dexter viene caminando hacia mí a paso acelerado –¿dónde narices te metiste ayer? Te estuvimos buscando.
Mierda, se me olvidó avisarle.
Después de que Livien me dejara en mi casa lo único que hice fue meterme en mi cama y dormir. Se me había olvidado por completo que no había avisado a Dexter y a sus amigos.
–Lo siento, me fui antes.
–Bueno no importa. -le resta importancia –Amanda quiere hablar contigo, está en la cafetería. Será mejor que vayas.
Raro.
Que alguien como Amanda quiera hablar conmigo no es algo que pase todos los días.
*** Entro a la cafetería y enseguida encuentro a Amanda.
–¡Alisa! -Amanda llega hasta mí –ven, siéntate.
Me siento y detrás de mi Dexter.
Esta mañana he desayunado en la cafetería y no estaba ni la mitad de llena que ahora.
–¿Pasa algo? -les pregunto.
–No, en lo absoluto. Solo te queríamos decir algo. -ella y Dexter se miran a la vez de forma extraña.
–¿Qué pasa?
– Verás-comienza Amanda –Sabemos que Levin puede ser interesante y resultar atractivo por su físico y su forma tan misteriosa de ser, pero que no te engañe. -se acerca más a mí de forma intimidante –Estar con él es sinónimo de problemas. No te convine.
–¿Enserio? ¿Vais a empezar de nuevo? Ya Hemos tenido esta conversación como tres veces en menos de dos días.
–Alisa lo hacemos porque somos tus amigos y nos preocupamos por ti. -esta vez es Dexter el que habla.
–Agradezco vuestra preocupación pero creo que soy lo suficientemente mayor como para cuidar de mí misma. -me levanto de la silla y salgo del comedor.
Muchas veces me han dado "consejos" a modo de amenaza para que no hiciera algo que ellos no quisieran, peor eso ya es pasado. Yo puedo decidir qué hacer y que no hacer. Si me pego la hostia estaré agradecida conmigo misma por a menos intentarlo. Además me la daré yo no ellos.
Como digo muchas veces: la vida solo es una. Disfrútala como si fuese tu último día en la Tierra.
Salgo por la puerta y me choco contra un cuerpo duro.
Levanto la mirada y entonces lo observo. Unos ojos verdes inconfundibles me miran curiosos y con algo de enfado a la vez.
–¿No te han enseñado a no chocarte con desconocidos? -me coge de la mandíbula en modo desafiante mientras me pega contra el marco de la puerta.
–¿A ti no te han enseñado a mirar por dónde andas? -rebato.
Quito su mano de mí y me alejo de él, cosa que no sirve de mucho ya que él me coge de la muñeca cuando a penas había dado dos pasos.
–Con que esas tenemos eh -me suelta de la muñeca –ya te han dicho tus amiguitos que te alejes de mí ¿verdad?
Obviamente si. No paran de decírmelo.
–Creo que tú ya sabes esa respuesta. No hace falta respondértela, Livien. -hago énfasis en su nombre.
Se vuelve a acercar a mí solo que esta vez a mi oreja –Yo que tú no me fiaría mucho de ellos. Igual no es de mí de quién debes alejarte, igual es de ellos.
Y así sin más se aparta y entra a la cafetería con pose intimidante. Vaya, lo normal en él.
Ahora estoy más confusa que antes, ¿a quién debería hacer caso?
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La puerta de mi habitación se abre poco a poco.
Un chico un año o igual dos mayor que yo se adentra en ella y pasa como si nada.
Pelo avellana, ojos miel y uno carnosos labios rosados.
Supongo que este es mi compañero de habitación.
¿Dexter hacía tanto revuelo por este chico? No me malinterpreten, a ver sí tiene pinta de chico malo pero eso es todo.
Su cara es angelical mientras que en cambio su ropa y aspecto no.Creo que no debería preocuparme de él.
–Vaya -me levanto de mi silla. Antes de que él entrara estaba terminado mis deberes –al fin nos conocemos. Soy Alisa.
Le extiendo la mano y él la acepta.
Al principio me mira mal pero luego eso cambia. Tampoco me mira bien pero bueno me conformo con eso.
–Encantado, aunque ya nos conocíamos.
Desconcertada arrugó el entrecejo. ¿Cómo ha dicho? Es la primera a vez en mi vida que veo a este hombre.
–¿Qué? No, yo creo que no. -nuestras manos siguen entrelazadas. –es la primera vez que nos vemos.
–Oh vaya ya veo -me observa unos segundos y luego me suelta la mano. –lo siento, creo que me he confundido con otra persona.
No se le nota para nada nervioso por lo que decirlo creerle.
–Bueno yo venía a dejar mis cosas. -deja unas bolsas (que para mi opinión son muy pocas para el año escolar) encima de la cama –buen día.
Este día definitivamente está siendo muy raro.
Dos horas después:
Al fin he acabado todos mis deberes.
Eran demasiados y eso lo odio. No me gusta nada tener que hacer muchos deberes o que se me acumulen.
Cojo mi móvil y me llega una notificación de mensajes.
Desconocido:
"Hoy a las nueve en el lago de al lado de la universidad"
Confundida le escribo para saber quién es.
Yo:
"¿Quién eres?"
El desconocido tarda unos minutos en contestar.
Desconocido:
"Vaya, me ofendes que no te acuerdes de mí después de haber salvado tu trasero dos veces. Pd: L"
Blanco y en botella. Era Livien. Cómo no, siempre tan orgulloso.
Yo:
"Livien??"
Desconocido:
Exacto. No te retrases.
Dejo el móvil en la cama y entonces tengo un gran debate en mi interior.
