THE ALPHA ARTEM [PAUSA]

CAPÍTULO 1 [Editado]

Esta historia esta siendo editada y reescrita

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CAPÍTULO 1

El ruido interminable no disminuye su ritmo, las multitudes corrían frenéticamente, arrastrando consigo a lobos y lobas desprevenidos o vulnerables,desde mi ventana, observaba impotente cómo la desesperación se reflejaba en los rostros de aquellos atrapados en la angustia y el miedo. Cada tropiezo resonaba como un lamento en las calles, donde la confusión reinaba. La cacofonía resultaba inigualable y su origen era evidente: Artem.

Los lobos de alto rango lo veneraban; su respeto se extendía por cada ciudad, rincón y parte de su reino. El poder que tiene es inigualable según los rumores, al igual que su influencia donde la ejercía sobre aquellos sometidos a su dominio incluyendome claro. Los murmullos y rumores que circulaban eran un eco constante, insistiendo en el poder que poseía era completamente inigualable. Se decía que sus decisiones resonaban como decretos inquebrantables, y desafiarlas equivalía a desafiar el propio destino, un pecado que solo se saldaba con la misma muerte.

— ¡Maldición! — exclama Alice, tropezando con mi mesa — Casi me arrastra un grupo que parecían estar poseídos — hace una pausa —. Soy consciente de que no es cualquier lobo el que viene al pueblo, Alessia, pero están completamente descontrolados.

Asiento con suavidad, observando la preocupación en los ojos de mi mejor amiga. —  ¿No te parece extraña su visita tan repentina? — planteó con una nota de interrogación en mi voz.

Alice frunce el ceño, reflexionando sobre mi pregunta. — Sí, es bastante inusual.  Según los rumores, no suele malgastar su tiempo en cuestiones triviales, como visitar pueblos  como el nuestro, sin embargo no me dare mala pensando en que quiere.

Alice y yo intercambiamos miradas cargadas de inquietud, ambas sabíamos que algo no estaba bien, pero no puedo evitar esbozar una sonrisa intentando aligerar el ambiente.

— Quién sabe, tal vez se aburrió de la rutina de su reino. — bromeo — Aunque sea un Alpha amargado que solo da órdenes, ninguna de esas órdenes me afectará. Él es el Alpha de los lobos, pero yo — señalo mi pecho con el dedo índice —, esta simple mortal, soy humana, así que no pertenezco a su régimen dictatorial, ni ahora ni en mil años.

Alice sonríe ante mi firmeza.

— A la mierda todo. — exclama una rubia más animada —, que sepa que no todos se doblegan ante su autoridad. Por cierto — toma su mochila de cuero, sacando de ahí una bolsa oscura con un tipo de logo en el centro —, en el camino me encontré a tu madre. Estaba apurada, así que me pidió que te entregara esto. Fue muy clara al decirme que debías traerlo puesto esta noche, hasta me hizo prometer que te ayudaría a arreglarte.