CAPÍTULO 4
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Alessia
Mi padre era un lobo, indomable por genética, con una fortaleza implacable y un instinto asesino que para la manada era un rasgo elemental. Por el contrario, mi madre siempre fue el blanco de las burlas; considerada frágil, carente del instinto y la moral lobuna, vista por la manada como una delicadeza inapropiada, un signo de debilidad para ellos y para su mejor líder de la caza. Durante mucho tiempo me pregunté por qué no compartía la velocidad de los demás, ni podía unirme a las cacerías con mi padre. La respuesta era clara y dolorosa: no era una loba. Aunque heredé rasgos físicos de mi padre, era completamente humana, al igual que mi madre.
No poseía las cualidades que me integrarán verdaderamente a la manada; nunca me sentí parte de ella. Mi madre solo fue aceptada por ser la compañera del líder de la caza. En las manadas, la debilidad es inadmisible, y nosotras, al ser consideradas frágiles, éramos el blanco inevitable del desprecio, aun así hicimos un esfuerzo por mi padre porque para él su manada era su segundo hogar después de nosotras.
— ¿Esto es una broma? —pregunté, cruzándome de brazos.
— No estoy en condiciones de tratar los designios de mi diosa Luna como un chiste, omega —respondió con un tono severo.
Él me observó detenidamente, sus ojos recorriendo mis facciones mientras la rabia brillaba en los míos. Decidí responder para dejar clara mi postura y disipar cualquier confusión sobre mi descontento.
— No me agrada que me llamen omega —aclaré con firmeza—, especialmente siendo humana.
— Las omegas son más fuertes que los humanos — respondió tranquilamente —. Supuse que te resultaría aún más desagradable que te llame 'humana'.
Respiré con dificultad, sintiendo el temblor en mi mano mientras luchaba por mantener el control. Cada palabra que salía de su boca solo avivaba mi ira.
—De hecho, me resulta aún más repulsivo que me llamen omega cuando no estoy dispuesta a ofrecerme para toda clase de servicios —dije con voz entrecortada—. Le pido, alpha, que me llame por lo soy. No podemos tapar el sol con un dedo.
Sonríe complaciente al notar mis conocimientos sobre la manada y sus rangos. O eso quiero creer.
— Pero aún así son más fuertes que los humanos —rectifica, con una expresión que parece indicar una comprensión tácita de mis sentimientos.
Mi semblante se tensa ligeramente ante su afirmación, pero decido mantener la calma.
— Lo entiendo — respondo con serenidad, eligiendo no discutir ese punto en particular —. Sin embargo, mi deseo sigue siendo que me llame por lo que soy o por mi nombre.
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THE ALPHA ARTEM [PAUSA]
WerewolfPara empezar, Alessia era deseada por los lobos y detestada por las mujeres. Ella sabía a qué atenerse y en un punto lo disfruto. Artem era el mismo infierno de la tierra, posesivo, celoso, negativo, egocéntrico y un sin fin de adjetivos. Tan opue...