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Bajé del auto negro y me acomodé la chaqueta de cuero roja mejor sobre mis hombros, hacía frío, la nieve caía en pequeños copos desde el cielo.

—¿Ya bajaste las maletas? —la voz de mi padre me hizo verlo, su rostro serio e inexpresivo mirándome casi con frialdad.

Más no causó nada en mí.

—Aun no...

—Pues apresúrate, tu mamá nos está esperando.

Dijo sin más y solo pude ver su ancha espalda cubierta por un grande abrigo de piel artificial negra desaparecer hasta que entró a la casa que ahora nos pertenecía.

Solté un suspiro pesado, yo no quería esto, era nuevo para mí, tener que mudarme del lugar dónde vivo, dónde tengo a mis amigos, conocidos, los lugares que frecuentaba, lo que yo quería, la gente que yo quería.

—¡TaeHyung, apresúrate! —mi padre gritó.

Sacudí mi cabello negro con una mano, sintiendo la tela de los guantes de lana quitar algunos copos de nieve de mi cabeza. Observé a mí alrededor, todo el suelo siendo cubierto por una fina capa de blanca nieve, los árboles con pocas hojas en sus ramas y varias de las mismas congeladas.

El vecindario no era el más lujoso, eso era un alivio para mí porque conociendo a mi madre ella habría elegido una mansión para vivir, me alegra que haya desistido de aquella decisión cuando le dije que prefería un lugar más... Sencillo.

La larga calle con casas separadas por barandales de madera blancos, casi que con un árbol distinto en cada casa, muy hogareñas a simple vista, era como la típica escena de un vecindario de película.

Pero era lindo, tal vez podría acostumbrarme.

El cielo era cubierto por densas nubes, el viento era tan frío que me hacía sacar vapor de mi boca con tan sólo hablar.

Dejé de ver a mi alrededor y me concentré en abrir la cajuela del auto y sacar de ahí dos grandes maletas que contenían todas, o al menos la mayoría, de mis cosas y el estuche de mi guitarra.

Cerré con algo de dificultad y dejé las cosas en el suelo, solo sacando del estuche mi guitarra –algo vieja y despintada– para cerciorarme de que haya vuelto del viaje en buen estado.

—Necesito comprar cuerdas nuevas... —murmuré para mí, el silencio de la tarde acompañándome, nada más que el viento haciendo eco.

Era tarde y las calles estaban desoladas, era de esperarse que con este frío nadie estuviera fuera de la calidez de sus casas.

Creí que estaba solo, hasta que escuché un ruido y un quejido al parecer muy cerca mío, porque puedo deducir que fue alguien lastimandóse con algo.

—¿Hola? —alcé un poco la voz por si alguien estaba cerca— ¿Hay alguien ahí?

Esa pregunta típica para cuando empieza una película de terror, sonreí por mi pensamiento, está es la vida real, así que no temo por nada.

Criogenic Chamber [Taekook] [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora