El fuerte viento de hace poco se desvanece como si supiera lo que se avecina. La cruel tormenta de nieve también me ha abandonado como si el tiempo se detuviera en un instante. Veo a mis dos asaltantes, los tres sabemos que no me iré por las buenas, no pienso ni acepto rendirme tan fácil. En un rápido movimiento disparo una flecha a la sombra, la esquiva dándome la oportunidad de escapar. Corro con todas mis fuerzas hacia cualquier lugar que me pueda brindar un escondite. Escucho las pisadas en la nieve, las mías y las de mis perseguidores, en verdad son duros de roer. Preparo un segundo disparo, fallar en esta situación significa vivir o morir. Trato de calmar mi espíritu dentro de lo que cabe porque el miedo es tan fuerte que apenas si me deja respirar. Miro al frente y la tierra tiene un desnivel, estoy por llegar a la orilla de la planicie. Sorpresivamente, salto dándole mi espalda a la bajada de la colina. Aprovecho para soltar mi flecha, la elude o al menos la primera. Oigo los gruñidos de dolor del risueño, uno menos.
La caída me hace girar sobre la misma nieve, intento contener esas vueltas con mis manos, es inútil. La fuerza de gravedad me arrastra hasta el fondo del precipicio. Me levanto, tengo heridas pero después me haré cargo de ellas. Lo más importante es correr hasta sentirme a salvo. El camino hacia casa es desconcertante y no tengo tiempo apreciar las direcciones correctas. Mis pies se mueven uno tras otro sin importar si es norte o sur. El viento regresa siendo más frío que antes, seguro el terror también lo congelo. Esquivo los árboles y a su vez trato de poner atención, no hay ruidos. La nieve hundiéndose con mis extremidades es que escucho a mi alrededor. El soplido del aire golpeando en la maleza me hace temblar. Me detengo un momento para recuperar el aliento. No dejo de cargar una flecha lista para ser disparada, en cualquier momento la necesitaré. A pesar del aparente silencio, sin ningún ruido anormal, algo no va bien mi instinto me lo dice. Aquel chico, Luck, ha desaparecido. Maldita sea, ¿por qué mierda tuve que involucrarme? Es un poco tarde para arrepentimientos.
Reinicio mi avance con la diferencia que mis pasos son lentos y sigilosos. Soy el cazador y la presa, de mi depende que tan rápido sea para cambiar entre ser victima o victimario. Escucho los latidos de mi corazón irse calmando poco a poco hasta un ritmo normal. El clima pretende solidificar mis manos, los dedos ya hasta los tengo entumidos sin importar los guantes que llevo puestos. Este tipo no se ha ido, me observa desde algún punto alto, lo sé. Me paro en seco, estoy cansando de huir. Es momento de pasar a la ofensiva, de eso depende mi vida después de todo.
Procuro estar alerta de todo mi entorno, pero por más que busco no veo nada. Hay un punto que no he visto aunque es poco probable. Desde los árboles te da un buen punto de observación para localizar a tu presa, yo mismo lo he hecho incontables veces en mis momentos de cacería. El único problema que veo es saltar de un tronco a otro, la distancia es considerable y por más fuerte que seas no llegarías. Todo me indica que no me siguió, se rindió y fue en auxilio de su amigo herido. Entonces, por qué mierda sigo tan inquieto. Hay más luz de la que debería, el amanecer nos alcanza, pero aún así hasta parece otro bosque.
Escucho un aterrizar detrás de mí, volteo lanzando la flecha hacia su dirección, pero no apunto correctamente. Apenas si alcanzo a ver a mi objetivo como para acertar en el blanco. Sabía que la vegetación le daba ventaja, debe conocer bien este bosque. El chico corre hasta a mí, mi segundo disparo le pasa rozando, estuvo a milímetros de morir. Hago una tercera flecha, pero es tan rápido que los esquiva como si él fuera uno con el viento.
- Eres buena, te lo reconozco, pero... - sujeta mi arco atrayéndome hacia él. – No vas a poder vencerme con un simple arco.
- Eso está por verse – respondo valerosamente aunque esté equivocado. Sonríe.
Me voy arrepentir de esto, junto toda mi fuerza y acierto un cabezazo en la cara de mi atacante. Cierra los ojos por un momento, me dolió más a mí que a él. La sombra delante de mí usa el mismo golpe, pero en mi caso si me marea el impacto. Suelto mi arma defensiva para tratar de enfocar mi visión.
ESTÁS LEYENDO
Noche de Invierno
Teen Fiction¿Qué harías si te perdieras en el bosque más siniestro del mundo? Ava se aventura a cazar durante una noche y no hace caso de las advertencias que le hacen de no ir. El clima cambia de un momento a otro y justo cuando va cazar a su única presa, se l...