𝟑

59 7 0
                                    

El hecho de qué hubiera 5 días festivos me entusiasmaba, pero no contaba con llevar 2 y medio tumbada en mi sofá sin hacer nada. ¿Trabajos? Los habia hecho todos. ¿Estudiar? Había estudiado todo y además no era tiempo de exámenes. En ese sentido tenía todo hecho.

No tenía ni la más remota idea qué hacer, tan sólo me tumbaba a hacer zapping en la tele, ver alguna serie y comer.

—Me muero del asco.

Dije en voz alta y hablando sola. Decidí poner fin a mi aburrimiento y darme una ducha.

Cuando salí, me tiré delante del armario unos 15 minutos para acabar poniendome unos jeans claros y una camisa informal. Me maquillé un poco y me puse el abrigo para salir a la calle.

No sabía a dónde me dirigía pero caminaba sin pensarlo. Sorprendentemente, o no, acabé en la cafetería de Sunoo. Él me recibió con una sonrisa amplia y vino a tomar nota.

—¿Lo de siempre?

—Exacto.

Sunoo se encargó de toda la cafetería y cuando terminó se sentó enfrente mío.

—¿Y esa sonrisa tan amplia?—me preguntó.

—Adivina quién me habló el otro día.

—No. ¿Chan?

Después del encontronazo que tuve en los pasillos con Chan, parecía como si nos buscaramos mutuamente, y eso lo que me hacía ponerme contenta.
Muchas veces nos parabamos en los pasillos para hablar y siempre había alguna que otra mirada cómplice con sonrisa incluida en varios momentos.
Sin contar el día que me pidió mi número. Vivía en una nube durante esas semanas.

—Me alegro mucho, ya era hora de que mostrara su interés en alguien que se lo merece. Eso y más.

Sunoo se levantó guiñandome un ojo y se puse a atender a más gente que entró.

Al cabo de un rato, me despedí de él y me fui.
Iba dando vueltas por las ciudad y recordando los mini momentos relacionados con Chan.

Chan me gustaba desde hace 2 años y medio, todavía no recuerdo por qué, pero era como la típica historia de siempre;

Chica se enamora de chico que está con todas menos con ella. Chico que empieza a fijarse en la chica y acaban felices.

Era estúpido pero el pensar en eso me hacía ponerme de un modo u otro contenta, y tampoco quería hacerme ilusiones de algo que era posible que no pudiera pasar.

Pasé a una tienda a comprar una botella de agua ya que tenía la gargante seca y me encontré con Heeseung.

Tras el divertido encuentro al final acabé en un banco sentada con Heeseung.

—¿Cuándo pensabas contarme lo de Bang? He tenido que enterarme por Ni-ki.

—Bueno.—tome un trago de agua—pensaba decirte lo juro. Pero Ni-ki es un metiche.

Tras pasar un rato hablando con Heeseung nos despedimos, hubo un momento de la tarde en la que tenía unas ganas inmensas de preguntarle cosas sobre Jake, pero algo me impedía hablar de él.

Haciendo el camino para casa, sin querer queriendo, pasé por el parque donde me encontré por primera vez con Jake, acompañado de Heeseung.
Sólo por si tal vez, o por casualidad, Jake estaba allí.

Conforme me iba acercando a la cancha, oía el ruido de un balón y mi pulsación se aceleró un poco. me asomé y pude ver a la persona que tenía tanta curiosidad por ver, Jake estaba allí solo, con el balón tirando canasta. Hubo un momento en el que lo vi apoyarse en el palo de la canasta y apoyar la cabeza, pensé que tal vez estaba cansando hasta que empezó a dar con su puño pequeños golpes al palo. Hata que entonces dio un puñetazo en seco y me asusté. ¿Por qué hacía eso? La cara de Jake no parecía ser muy buena en ese momento y tenía pinta de seguir, hasta que fue sentandose en el suelo poco a poco, entonces ni lo pensé y comencé a caminar hacia él.

Él empezó a meter su cabeza entre sus rodillas y me pensé dos veces el si hacía bien en ir.
Pero ya no había vuelta atrás. Me senté a su lado y miré al frente.

—Hola.

Jake levantó su cabeza muy rápido y me miró algo sorprendido, tenía los ojos algo llorosos y sentí verdadera lástima.

—Hola.—me respondío Jake pestañeando rápidamente para evitar derramar alguna lágrima ligera.

—Hoy no te quitaste la sudadera.—dije lo primero que se me pasó por la mente, sólo pensaba en que lo mejor sería distraelo.

—Sí.—rió algo tímido y me sentí algo mejor—hoy hace más frío.

Los dos nos quedamos callados mirando al frente. Jake de vez en cuando bajaba la mirada. Me quedé observando su mano, con la que había golpeado antes el palo y la tenía bastante hinchada y roja.

Jake pareció darse cuenta y se tapó disimuladamente. Para cambiar de tema se empeñó en acompañarme a casa. Era una situación extraña.
Durante el trayecto no saliamos de conversaciones cordiales, y me moría por preguntarle cosas sobre él, pero otra vez ese nudo por llamarlo de algún modo, me lo impedía.

Al llegar a mi departamento, me acompañó hasta arriba ya que le pedí que subiera. Al principio él tuvo una reacción algo extraña pero subió y se quedó en la puerta algo tímido.

—Toma.—saqué su mano dañada y puse una especie de gasa al rededor para que no se le hinchara más. Jake me miró algo avergonzado y sorprendido para después esbozarme una sonrisa tímida como siempre, pero esta vez era diferente—tú me prestas sudaderas y yo a ti gasas para la mano.

Jake rió y me dio las gracias para luego marcharse a su casa. Cerré la puerta y me tiré al sofá pensando quién sería y qué le pasaría a Jake. Cada vez sentía más curiosidad por conocerlo más a fondo.

˗ˏˋ𝐇𝐨𝐨𝐝𝐢𝐞;; 𝐒.𝐉↬💌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora