4. Descubrimiento importante

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La noche transcurrió de manera agradable para casi todos, pues cierto arqueólogo no dejaba de pensar en el famoso y milenario faraón que había despertado después de miles de años de un largo sueño

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La noche transcurrió de manera agradable para casi todos, pues cierto arqueólogo no dejaba de pensar en el famoso y milenario faraón que había despertado después de miles de años de un largo sueño. Su lógica le decía que aquello sencillamente no tenía sentido, pero él mismo había observado como aquel muchacho salía del sarcófago más vivo que nadie. Definitivamente no estaba muerto ¿Cómo podía explicar eso?

Además, también había tenido tiempo de calcular bien la posible antigüedad de Gun. Cinco mil años era muy poco tiempo, y no coincidía con su interacción con los romanos. Aunque preguntarle al faraón no era muy factible ya que en la antigüedad no se contaba el tiempo como se hace ahora.

Mientras tanto, y sin tener realmente ganas de dormir, el faraón ahora nombrado Gun, pensaba en la maldición que los traicioneros sacerdotes que estaban bajo sus órdenes le habían lanzado. Él sabía perfectamente que no habían actuado por voluntad propia, sus propios primos lejanos tenían mucho que ver con el golpe de estado que sufrió en su época. ¡Su propia familia había mandado a acabar con él negándole pasar tranquilamente a la otra vida! Hubiese preferido a muerte antes de pasar tal suplicio.

Pero los infames y cobardes sacerdotes, temiendo por su alma después de la muerte, lo habían hechizado en lugar de acabar con su vida.

Por otro lado, New y Tay pasaban frío en la parte trasera del Jeep. Tenían muchas mantas y estaban lo más cerca posible, pero eso no dejaba de lado que se encontraban en mitad del desierto más grande del mundo en plena madrugada.

—¿Tienes mucho frío Tay? —cuestionó su novio al sentirlo temblar.

—No amor, ¿Tú? —mintió.

—¿Y entonces por qué tiemblas? —volvió a preguntar New.

—No estoy temblando.

—Mentiroso —New se burló de su novio— y yo que pensaba darte calor.

—¿Cómo?

New no lo pensó dos veces y se sentó en el regazo de Tay. Ni el pequeño espacio, ni el frío que calaba hasta los huevos los iba a detener de pasar una buena noche.

 Ni el pequeño espacio, ni el frío que calaba hasta los huevos los iba a detener de pasar una buena noche

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Todo Comenzó en Egipto - H.A #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora