Aquel día era especial, de cierta manera así lo sentía. Y estaba tan de buen humor, con los ánimos al mil por ciento, que no le importó realmente ser trasladada nuevamente a la cocina, en lugar de a la caja registradora como de costumbre.
La sonrisa que Sana enseñaba orgullosamente en su rostro mientras batía la mezcla recién hecha de huevos y harina, podías compararla sin duda con ver un atardecer.
La castaña tarareaba para sí misma, una canción que Mina le había dicho y era de sus favoritas, incluso movía las caderas al compás de la letra siguiendo su ritmo, sintiéndose alegre y con mucha energía.
En su mente corría una y otra vez los momentos que había pasado con aquella alfa que la traía flotando en las nubes. Semanas espectaculares a su lado, completamente magníficas; desde ir al cine y alimentar a la otra con palomitas de maíz, hasta recostarse en el césped del parque, observando cada una de las estrellas, tomadas de la mano y mirándose a los ojos como una típica película para adolescentes. Sana también podía decir que la mejor parte de esa escena íntima entre las dos, era cuando Mina comparaba las luces en el cielo con sus ojos y depositaba un suave beso en cada uno de sus párpados para darle énfasis a su afirmación.
Oh, y los besos... esos besos sin duda eran de sus partes favoritas.
No estaba segura si podría describir lo que pasaba dentro de sí misma cuando esto ocurría, tampoco estaba segura si estaría dispuesta a contarle a alguien sin morirse de la vergüenza. El caso es que la azabache siempre tenía algo que decir cuando el rubor intenso en sus pómulos regresaba.
¿Sus palabras? "Te ves tan preciosa así"
¡Por favor! ¿Cómo no caer por alguien tan linda?
Mina parecía haber salido de algún cuento de hadas o de algún lugar muy lejano donde los alfas podían ser extremadamente atractivos y se refugiaban en la estación de bomberos para no ser descubiertos.
En su estómago revoloteaban miles de mariposas que parecían igualmente estar bajo el encanto de su encantadora bombera. No las cuestionaba, pero ella podía disfrutar de los beneficios de tenerla junto a ella y sentirse cálida cada que recibía un abrazo de su parte.
Cuando terminó de revolver e incorporar más ingredientes dentro del bowl, llevó la mezcla hasta el horno, programando el temporizador para que de ahí saliera un esponjoso y delicioso pastel. Tomó otro recipiente e inició el mismo proceso.
El establecimiento estaba bañado con olores de chocolate y panes recién hechos. Se decoraba físicamente con colores llamativos y vibrantes por parte del betún que esperaba ser usado en cualquier momento para el adorno de los pasteles.
Sana amaba tanto su trabajo en aquella pastelería. Y estaba amando hornear sin que ningún alimento se achicharrara en el proceso.
—Andas muy productiva hoy, Sana... veo que no has quemado nada, ¿cuántos pasteles hiciste ya? ¿Cinco? — la voz de Chaeyoung hizo que se sobresaltara un poquito.
—Con este, seis— agregó, ignorando el comentario sobre quemarlos. Se encontraba demasiado entretenida observando de forma orgullosa cada bizcocho que reposaba sobre el mostrador. — ¡Estoy tan feliz! —sonrió dando pequeños saltitos sobre su lugar. —Tengo que contarte.
La mayor suspiró con una sonrisa mientras observaba la emoción de la omega. —Tiene que ver con Mina, ¿cierto? — era bastante sencillo de adivinar.
Sana se paró frente a ella, suspendiendo su trabajo y asintiendo rápidamente con la cabeza. Le enseñaba cómo podía sonreír aún más y las curiosas arruguitas que se le formaban a los costados de sus preciosos ojitos eran lo que más llamaba la atención.
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Firewoman [Adaptación 2na]
Fanfiction"Una omega tan bonita como tú no debería correr tanto peligro" Sana es una joven omega universitaria que apenas sabe lo que es cocinar adecuadamente y Mina es una alfa del departamento de bomberos que acude en su rescate. ^~^ Esta historia es una a...