El perfume de las mariposas

Lo que los tontos dicen

Advertencia 1: Ligera interacción entre Levi y Historia

Capitulo 6  parte 1

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Enemigos naturales.

Esos eran Levi y Eren.

Porque mientras que Levi tenía tendencias poco sanas a controlar, calcular y organizar cada aspecto de su vida de la manera más estricta posible. Eren tendía a ser impredecible, inesperado, impulsivo, incapaz de pensar antes de actuar, con una tendencia primitiva de tomar las decisiones en el instante en que se le presentaron.

Enemigos perfectos.

Por la sencilla razón de que Eren dice Sí.

Cuando Levi más espero que dijera NO.

Levi había pasado —y no es que se sienta especialmente orgulloso de admitirlo— toda la tarde y gran parte de la mañana, ideando una manera de convencer al omega de acompañarle a la recepción.

Llegando siempre a la conclusión de sobornar con dinero a Eren, ya que era lo único con lo que le había visto reaccionar antes, como prueba sus intenciones estaba su maletín descansando a un costado, en la silla más cercana, con la chequera en blanco dentro, porque había estado listo para negociar.

Como un puto idiota, porque el caprichoso de Eren dijo que si a la primera. Irritandole sin siquiera saberlo. Y todo por culpa de Smith, que le metió esas ideas en la cabeza de que sería superdifícil hablar con el omega sobre la recepción.

Maldito idiota.

Aunque tampoco es que pudiera culpar mucho a su colega de casi dos metros de altura. No era su culpa, ni de nadie, —salvó quizá los padres de Eren, quienes habían criado a esa bola temperamental—, que el omega fuera jodidamente difícil de predecir.

¿Cómo carajos podía Levi saber que Eren estaría más que dispuesto a acompañarle? Si esa misma mañana se había negado a abrirle siquiera la puerta del baño.

¿Tenía eso algún sentido?

No, no lo tenía.

Y no era su culpa no haberlo podido sacar de su cabeza en todo el día, de la misma manera en que tampoco era su culpa haber sobre-pensado las cosas, llegando incluso a la exageración. No lo era. Era de Eren, por ser tan malditamente difícil.

—¿Cuándo dices qué es? —le pregunto el omega, desde el extremo opuesto de la mesa. Ignorante de todos sus pensamientos malignos.

—Este viernes.

Él asintió.

Y algo era tan raro en el ambiente.

Pero no sabía qué. Porque, llegados a este nivel de "conocimientos mutuos" Levi había entendido que intentar comprender a Eren no era su mayor fuerte, y definitivamente no iba a sacar una especialidad en eso pronto.

Pero aún sabiendo eso, encontraba algo extraño en su manera de actuar.

Y es que Eren estaba omitiendo por completo la discusión del día anterior, ni siquiera se estaba mostrando rencoroso o vengativo, arremetiendo contra el asunto de la recepción, al contrario, se mostraba sereno y calmado. Casi parecía haberlo imaginado, pero definitivamente no lo hizo, porque puede recordar perfectamente el rostro de Eren a punto de llorar.

Si, él sí lo había notado. Imposible no hacerlo cuando Eren tiene los ojos del tamaño de canicas.

—Es genial, me da tiempo de buscar un traje. ¿Tienes la invitación?