'Gotham informa'. Una chica apareció en la pantalla. Atrás, varios civiles en todo tipo de vehículos eran guiados por la policía a diferentes calles y sitios altos de la ciudad mientras el pavimento poco a poco iba quedando bajó una leve capa de agua. 'Parece, John, que el caos en Gotham no para. No solo tenemos este as bajo la manga del reciente condenado Riddler, sino que ahora, desde Arkham, se han encendido las alarmas tras el inicio de un motín'. La chica miró a la cámara, alguien le pasó un papel por detrás y pudo verse como su expresión cambiaba de la neutralidad al miedo. 'Nos informan que han escapado varios internos de Arkham, entre ellos Riddler y... Por Dios... Batman habría estado en un interrogatorio sin vigilancia con el asesino del exalcalde. Ha sido él quien le ha ayudado a escapar'. La chica miró a la cámara, el agua comenzaba a llegarle a los talones y ella y el camarógrafo comenzaban a moverse circulando con la ráfaga de gente que gritaba. 'La policía de Gotham ha declarado a Batman prófugo de la ley'.
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Edward era un omega jodidamente hermoso. Ahora que Bruce podía estudiar cada centímetro de su piel, tocar cada parte de su cuerpo y explorar hasta lo que el omega desconocía de sí mismo confirmaba, con mucha más severidad, que era la criatura más hermosa que sus ojos habían tenido el placer de ver nunca. Y era todo suyo: desde los gestos de curiosidad cuando hacía un movimiento desprevenido, hasta su cara transformada en placer, incluyendo sus caricias torpes e inexpertas que intentaban imitar a las suyas un poco más conocedoras del campo.
Ninguno de los dos era demasiado hablador. Así que las palabra sobraban en esos momentos. No sabían exactamente qué era, pero con solo mirarse a los ojos podían leer lo que el otro estaba pensando. Era una conexión extraña, pero agradable, que se instaló por debajo del pecho de ambos y los hizo sentir completos por primera vez en su vida.
Bruce se tomó su tiempo para besar cada rincón del cuerpo de Edward, tratando al hombre debajo suyo como si fuera la cosa más especial que tuvo alguna vez la suerte de tener entre sus manos. Le gustaron los sonidos tímidos del principio, pero tenía que admitir que los obscenos y escandalosos lo pusieron realmente cachondo. Fue allí cuando comenzó a perder un poco el control y la paciencia. Los besos se hicieron más emocionantes, largos y sucios. Hasta sintió las manos de Edward tirar de su pelo para alejarlo por un poco de aire y a veces deslizarse por su espalda en arañazos, cosa que solo lo encendió más.
Follar y marcar.
Su mente estaba enajenada en esas dos cosas. Tan perdido se encontraba en eso, mirando el cuello del omega, disfrutando de las expresiones de su rostro, que apenas y se había dado cuenta que ya tenía dos de sus dedos dentro de él, metiéndolos y sacándolos a un ritmo desesperado, abriendo al chico debajo suyo mientras el sonido de sus fluidos corporales se escuchaban apenas por encima de las respiraciones agitadas.
Sacó sus dedos. Tuvo que lamerlos porque el olor de Edward era demasiado fuerte para no intentarlo. Su mente se nubló totalmente. En un segundo lo estaba mirando y al otro estaba perfectamente metido entre sus piernas dando la estocada más profunda de su vida, colándose en el interior de Edward como si ese minúsculo agujero le perteneciera y hubiera estado esperando por él, hecho solo con ese propósito (Y lo estaba). Lo disfrutó, pudo sentir cada palmo de su polla ser apretado por el omega, succionándolo, deseando que más y más de él estuviera dentro y lo llenara como estaba destinado a ser.
Las estocadas, que se deslizaban rápidas y fáciles a través de Edward, producían un sonido curioso digno de alguna de las mejores películas porno que habría visto en sus noches de soledad. Se hubiese preocupado por un bebé que no sabía si quería, pero los omegas solo se embarazaban en pleno celo. Tampoco le preocupaba pegarle algo, Edward era virgen y Bruce, bueno, la última vez que recordaba haberse metido entre las piernas de alguien aún asistía a la Academia de Gotham.

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To the Batman
Hayran KurguEdward cree que nunca conocerá a su alma gemela. Sin embargo, cuando ve al hombre murciélago cruzar el cielo de Gotham, sabe que es un llamado para él. Responde con un cadáver, una carta y un acertijo. Si su alfa lo desea, que se esfuerce en encontr...