Omegas "Shigadeku"

Capítulo 6. No Estar Contigo

Gracias mi gente linda por sus votos y comentarios en el capítulo anterior <3

Contenido +18, leer bajo tu propio riesgo, y si lo leer espero que lo disfrutes, sin más comencemos mi gente linda

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Los escasos rayos del sol que se colaban por las cortinas azules de la habitación golpearon el rostro de Tenko, se removió incomodo por ser interrumpido de su maravilloso sueño, sintió el vibrar de su celular tediosamente por lo que lo tomo ya molesto, eran las ocho de la mañana bufo molesto al ver el número de Touya alumbrar en la pantalla, soltó un gruño apagándolo y tirándolo a la mesita de noche y volver a abrazar a su lindo pecoso que seguía durmiendo, para la suerte de ambos era sábado por lo que podían dormir hasta tarde.

Sonrió ante la tierna imagen de Izuku recostado boca abajo babeando levemente la almohada y sus mechones tapando parte de su rostro, se recargo sobre su brazo acariciando con delicadeza los mechones colocándolos detrás de la oreja del menor con cuidado de no despertarlo

Bajo con delicadeza acariciando con sus dedos la espalda desnuda de su amante, que estaba decorada finamente por pecas, acaricio las marcas que dejo en todo su cuerpo la noche anterior, que estaba seguro de que no se borrarían en días, aunque verlo de esa manera hinchaba de orgullo a su omega interno, saber que él era el responsable de tales marcas y de solo recordar cada gesto y gemido lo hacía sentir satisfecho

Siguió bajando sus dedos en una caricia suave recorriendo un camino por toda la columna vertebral del menor hasta estar en las caderas al límite donde la sabana ya tapaba el resto del cuerpo, las marcas de sus manos por la fuerza que utilizó en sus caderas se veían claramente, remarco con cuidado las marcas rojizas que tenían a cada lado el pecoso

Suspiro con una sonrisa boba al escuchar el sutil ronroneo de su omega por las caricias, no podía explicar con exactitud todos los sentimientos que Izuku lo hacía sentir, pero algo estaba claro que si el pecoso le pedía que le bajara la misma luna lo aria sin importar cuanto le costara, no sabía explicarse era la primera vez que se sentía de esa manera, ni estando con Touya experimento tales cosas, se sentía abrumado a la vez por todo el poder que el pecoso tenía con su animal interno y sobre él, pero a la vez le gustaba, era difícil de explicar pero Izuku era único era de él y de nadie mas

Tal vez su animal interno no estaba mintiendo y debería de intentar ir con todo, a la mierda si ambos eran omegas, a la mierda la sociedad y sus malditos prejuicios clasistas, le gusto desde la primera vez que lo vio y no lo dejaría ir jamás, por primera vez concordó con su omega... el pecoso era de ellos

Se giro con cuidado hasta estar boca abajo apoyado en sus codos con cuidado se inclinó dejando un par de besos por la espalda de Izuku, el omega menor se quejó levemente antes de abrir con pesadez sus ojos y dar una sonrisa, ronroneo de gusto al sentir los besos y caricias en su espalda, los recuerdos de anoche le llegaron uno tras otro sonrojándolo

- Buenos días, cariño – susurro Tenko enredando sus dedos por el cabello enredado del menor sin dejar de dar besos en su espalda, sus mejillas rojas le daban a entender que si recordaba lo de anoche, le dio un tierno beso que Izuku correspondió con timidez por estar algo avergonzado - ¿Qué tal dormiste?, ¿Te duele algo? – Tenko bajo la mano masajeando con cuidado la cadera del omega

Izuku negó con una sonrisa se giró jalando un poco la manta dejando a la vista el cuerpo desnudo por igual del omega mayor, que no se molestó en taparse de nuevo, sus mejillas se tiñeron aún mas de rojo, al ver la espalda de Tenko totalmente arañada y con mordidas en el hombro y unas cuantas marcas

- Buenos días Ten-chan – sonrió acomodándose para abrazarlo escondiendo su rostro por la vergüenza hasta que una punzada en su cadera lo hizo quejarse, el aroma de Tenko paso a ser uno de preocupación – Estoy bien, es un pequeño precio para pagar por acostarme con la persona que me gusta – susurro tratando de calmar al omega la sonrisa de Izuku lo tranquilizo