Capítulo 11. Siempre Juntos

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El deseo egoísta de Touya había llegado a un punto peligroso, se estaba aferrando a la única cosa con la que podía atar a su omega y ese era el trato matrimonial tal y como su padre lo había hecho con su madre, estaba dispuesto a recuperarlo a como diera lugar a Tenko y si su rara condición no lo permitiría entonces lo obligaría a convertirse en un omega de nuevo

Veía el carro de adelante donde estaba Kurogiri con desesperación, el omega había parado para comprar cosas, quería llegar lo antes posible y confrontar de una buena vez al omega, su alfa interno estaba furioso y humillado, aunque muy en el fondo sabía que no podía obligarlo, su instinto más bajo le gritaba que lo recuperara así sea a la fuerza, no encontraba otra forma de hacerlo volver más que la de obligarlo

Era un debate que no podía controlar, su celular lo saco de sus pensamientos, apretó los puños al ver el nombre en la pantalla odiaba tener que recurrir a eso pero ya no había de otra, con algo de molestia contesto, no tenia de otra

- Perdón por molestar... pero requiero de su ayuda – era su última carta para jugar y no la desperdiciaría para nada

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Mientras tanto en el departamento de Izuku se encontraba la pareja relajándose en el sofá, ambos estaban a gusto viendo la televisión, ambos ya estaban duchados y portaban ropa cómoda, Tenko sonrió al sentir como su pecoso se acomodaba mejor en su pecho, debía de admitir que el omega menor estaba más cariñoso que otras veces pero no le molestaba, le encantaba verlo como si fuera un cachorro que no ha visto a su dueño en semanas

Beso con cuidado la marca de Izuku que provoco un dulce ronroneo del menor y que sin poder evitarlo su animal interno lo llevo a corresponder tranquilamente, su dulce omega estaba con las mejillas rosadas perdido en un cantico de ronroneos que le fascinaba escuchar, lo apretó más contra sus brazos sintiendo el calor ajeno que reconfortaba a su animal interno, el olor a rosas aún era dulce pero no le molestaba, nada de Izuku le molestaba si no todo lo contrario, le encantaba

- ¿Te duele mucho? – susurro bajito dándole un beso a los mechones aun mojados por la ducha a Izuku, acaricio con cuidado la espalda baja del menor quien negó levemente, mientras restregaba su mejilla en el pecho del "omega" mayor – Seguro mi amor – El pecoso levanto la vista con una sonrisa cariñosa le encantaba cuando Tenko lo mimaba y lo llamaba por apodos bonitos

- No es mucho, con una píldora y estaré bien – El pecoso suspiro ante la caricia y el olor a lavanda que lo envolvía mientras el de tierra mojada que ya no era tan intenso lo hacía sentir protegido entre los brazos de Tenko que lo apretaban con cariño, los ojos rojos que ahora resaltaban más por el peculiar cambio de color del cabello brillaban con tal ternura que le gustaba, en toda su vida se arrepintió de muchas cosas pero de Tenko jamás se iba a arrepentir de eso estaba seguro

- ¿Seguro que no quieres que salga para comprar algo de comer? no me tardare cariño – Izuku negó con un puchero aferrándose a la camisa del omega mayor para detenerlo, su omega interno estaba muy asustado con solo pensar que Tenko lo dejaría solo si salía de ese lugar, se mordió el labio para suprimir su instinto, sin duda la marca estaba haciendo mucha más presión que las veces anteriores

- No... quédate conmigo... quiero quedarme así – susurro acomodándose mejor hasta ocultar su rostro en el cuello ajeno y restregarse para impregnarse del olor de Tenko que con gusto libero más para satisfacer a su pecoso, Tenko al sentir las emociones más marcadas del pecoso lo abrazo para tranquilizarlo mientras repartía besos en su frente y cabello

- Ya cariño, no me iré... tranquilo, jamás te dejare - Ambos se quedaron en silencio disfrutando del calor del otro viendo la televisión o dándose uno que otro beso cariñoso, después de unos minutos el golpeteo de la puerta llamo la atención de ambos amantes, se vieron entre si un momento para después soltar un ligero suspiro

Omegas "Shigadeku"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora