Capítulo 4: Interludio

68 7 0
                                    

La humanidad es extraña en muchos sentidos, a pesar de estar junto a ellos todos estos años hay muchas cosas que no llego a entender como aprendiz de la muerte.

¿Por qué los humanos se preocupan tanto por los demás, por qué se sacrifican por otros o escapan de la muerte sólo porque quieren seguir estando en el mundo de los vivos? Todavía no lo sé.

Y a pesar de eso, ¿por qué siento tanta... empatía hacia ellos? Hace mucho tiempo que no cosecho un alma sin pensarlo más de dos veces... quizá solo necesite un descanso un día de estos.

Durante mi trabajo como aprendiz de Death Sensei sólo ha habido dos almas que he visto más de una vez, una es bastante... molesta. La otra es... se podría decir, interesante.

Esa estúpida pájaro es siempre tan molesta, no ha habido un siglo sin encontrarme con esa tonta allá donde voy, es tan raro que a pesar de tener una vida completamente diferente cada vez que la he visto, lo único que se mantiene constante es que se acuerda de mí. Quiero decir, me alegro un poco que sea asi pero, maldita sea esa kusotori.

La otra es... algo muy especial. Cuando percibí su alma por primera vez, ya era adulta, sentada fuera de una casa quemada en llamas, completamente inconsciente y con algunas heridas importantes en las piernas, con un perrito marrón en los brazos. Pensé que moriría allí, pero en cuanto levanté mi guadaña se despertó con mucho dolor, pero logró levantarse y corrió. Intenté ver a dónde iría, pero en cuanto la perseguí ya se había ido junto con el perro.

La siguiente vez que la vi estaba en la costa de esta ciudad, de nuevo, inconsciente y sin ninguna señal de seguir viva. Aún más importante, parecía más... joven. Tenía cierto parecido a unas cuantas almas igual de peculiares que ella, almas que había cosechado hace años, y aun así nunca había visto a alguien así estar a punto de morir dos veces seguidas sin apenas tiempo entre ellas. Sigo mirándola, esperando que esta vez esté realmente muerta antes de llevarse su alma al inframundo, pero de nuevo, se despertó. Intentó nadar hacia el océano y, una vez más, desapareció a los pocos segundos.

Después de eso, nunca dejé de sentir curiosidad por esta mujer que sobrevivió a la propia muerte más de una vez, algunas veces eran tan tontas como comer demasiado gluten o tener un accidente en un parque de atracciones, otras, intentaba salvar a unas extrañas criaturas. Lo único que no era constante, era su edad; a veces era una niña, otras, parecía cercana a los 50 años.

Sé que debería ser esa fuerza despiadada de la naturaleza, cosechando almas tanto de los ya condenados como de los santos, de los ancianos y de los bebés por igual, pero después de ver a un ser tan capaz de luchar contra su propia muerte, fue tan diferente de todo lo que vi antes que empecé a ver las cosas de una manera diferente y bueno, se podría decir que soy más humana que nunca.

Sensei suele decirme que tengo más trabajo que hacer, que necesito cosechar más almas si realmente quiero ser la propia muerte una vez que llegue el momento, pero, cuanto más lo pienso, más me doy cuenta de que quizás haya más cosas en la vida que en la muerte.

¿Acaso ha visto las cosas increíbles que hacen los humanos hoy en día? Especialmente esa música que llega hasta lo más profundo del infierno, que incluso después de haber segado las almas que crearon esos increíbles temas siguen sonando por el mundo una y otra vez, cómo incluso después de la muerte siguen emitiendo mucha vida es algo... la vida es algo único, ¿no?

No sólo los humanos, he visto de todo al estar por el mundo de los vivos, desde zorros, lobos, gatos y tiburones, dragones, demonios y ángeles... el mundo está cada vez más habitado por los no humanos e incluso así, de sólo verlos de lejos, parecen más humanos que algunos idiotas que he matado antes.

Cuanto más lo pienso, tal vez ya esté vivo teniendo a alguien que recuerda mi existencia cada vez que se encuentra conmigo. Un día de estos, quizá haga algo más que intentar matarla. Hablando de eso, hace mucho tiempo que no veo a Kusotori, al menos un par de cientos de años... eso me hace sentir bastante sola.

No me gusta admitirlo, pero, espero ver pronto a esa estúpida pájaro...

Siento un alma... no... tres... pero se sienten... diferentes.

Este bosque es tan molesto para caminar, aunque puedo pasar entre algunos árboles no puedo ver nada mientras lo hago.

Ahora que las veo... ¿es eso?...

Sí, es esa chica de nuevo, parece mucho más joven que la última vez que la vi, y una vez más está a punto de morir como siempre. Normalmente trataría de pasar por encima de ella, pero... estas niñas también son muy diferentes a las almas habituales que cosecho.

Es como si desaparecieran por sí solas, están ahí, pero al mismo tiempo no están. Podría cosecharlas ahora mismo, pero... parecen tan asustadas, incluso acercándose a la chica que sigue muriendo.

Si no fuera tan joven, podría decir que hasta parecen una familia bastante linda, incluso estando horrorizadas... ahora que lo pienso... ¿cómo pueden verme de todos modos? ¿Están tan cerca de la muerte que pueden verme sin mi cuerpo humano?

Al mismo tiempo... es tan lindo verlas más preocupados por la rubia que por tener la muerte frente a sus ojos, diciéndome que me aleje de... ¿Amelia? Así que ese es su nombre...

Estas dos chicas son bastante diferentes a las habituales... Creo que no me meteré en ese tipo de cosas por ahora, aunque Sensei me grite por dejar ir un alma una vez más. Lo más importante es que esa chi-... Amelia, ha sobrevivido a cosas mucho peores que esta. Estoy segura de que se despertará antes o después.

Aun así... es tan interesante, cómo estos dos son tan valientes como Amelia cuando la encontré por primera vez, ver a alguien poniéndose entre un ser querido y la muerte es... me pone un poco celosa de los humanos, por tener gente a quien cuidar.

Creo que las dejaré vivir por ahora. "¡Dense la vuelta y hagamos como si esto nunca hubiera pasado, jóvenes!" ... no sé por qué he dicho eso si seguro no pueden oírme.

¿Por qué se ríen, "la misma tía Calli de siempre"? Pero que falta de... espera... ¿cómo sabían mi nombre?...

No importa, seguramente es otra extraña coincidencia de los humanos.

Sí, sólo otra tonta coincidencia. Fue agradable saber que esta chica sigue por aquí en estos días, ha pasado algún tiempo Amelia. Espero que nos encontremos de nuevo, sin que te mueras, claro.

Ugh estúpidos árboles, necesito seriamente esas vacaciones.

¡Crece!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora