¡Crece!

Capítulo 8: Un Punto en la Vida

"¿Eh?"

Amelia abrió los ojos, viendo caer unas cuantas hojas frente a ella mientras la luz del sol entraba entre los árboles. Era raro pensar en el aspecto que tenía hace un tiempo, completamente rodeado de oscuridad, e incluso entonces, sus ojos no le permitían ver lo bonito que era el bosque ahora antes de desmayarse gracias al libro.

Tras ver lo cambiado que estaba el bosque ahora, parpadeando al sentir que su cuerpo le respondía de nuevo después de quién sabe cuántas horas, se llevó las manos a la cara sólo para palparla un poco, asegurándose de que efectivamente, seguía viva.

"Uf, o tengo suerte o la muerte no me quiere llevar".

Miró de lado a lado preguntándose por el lugar, sólo para ver el libro de los Antiguos en el suelo, realmente no parecía tan amenazante como parecía antes, era casi perfectamente normal por lo que podía ver.

"Tal vez ambas"

Se puso de pie mientras tomaba su abrigo, que la cubría desde hace un buen rato como si fuera una manta, se lo puso mientras caminaba hacia el libro.

"Así que tú eras el que me daba tantos problemas ¿eh?"

Dijo mientras tomaba el libro del suelo, viendo que esta vez no reaccionaba de forma extraña.

"Y pensar que sólo necesitabas un poco de ayuda por ahí eh, podrías haberlo pedido de forma más amable de lo que lo hiciste".

Le dio la vuelta al libro para ver una especie de candado en el lateral del mismo, que lo protegía de ser abierto.

"Bueno, lo que hagas a partir de ahora no es de mi incumbencia, pero quien te ayude a partir de ahora... por favor, no lo explotes, ¿okay?"

Volvió a poner el libro donde estaba antes, esperando que alguien más pudiera escucharlo de nuevo, que quien eligiera el libro hiciera que se ocupara de él.

"Y si lo hace, bueno, qué me va a hacer otra explosión, ¿eh?".

Se dio la vuelta, buscando una salida del bosque, no sin antes girar la cabeza hacia un lado antes de decirle una última cosa al libro.

"Je, es bastante agradable terminar esto por fin, ¿no es así AO-chan?"

Y así, se giró de nuevo mientras empezaba a caminar fuera del bosque.

"Espero que les guste ese nombre... Ugh, hablando con un libro, tu carrera seguramente dio un giro ¿eh Ame? Que dirían los demás si te vieran así, hasta esas niñas se burlarían de ti!...eh... ¡dios, claro, las niñas!"

Tomó su reloj tratando de ver si percibía algo de otro núcleo temporal, por muy débil que fuera, sólo para no sentir nada alrededor.

"Mierda..." dijo mientras miraba el reloj, viendo que habían pasado muchas horas desde que estaba allí junto a esas dos pequeñas.

"Espera, aún tengo..." metió la mano dentro de su abrigo, buscando aquel papel que tenía su intento de mapa de Atlantis "Agh, claro, se lo di a la del pelo largo... qué bien Ame, dar un mapa a la ciudad de quién sabe qué a un par de niñas, ¡serías una gran madre!".

Comenzó a caminar un poco más rápido mientras se ponía cada vez más nerviosa "Bueno, ¿y ahora qué Ame?" dijo en voz alta mientras comenzaba a pensar en las muchas consecuencias que esto le daría si algo malo sucedía, mientras que ella sabía lo que le pasaba a la gente que viajaba y su reloj se rompía, no sabía lo que realmente pasaría con la línea de tiempo, ¿qué pasaría incluso con su familia ahora? ¿No existirían nunca? ¿Desaparecería la línea temporal de la que proceden? ¿Sería sólo una cosa extraña con un bucle? Tantas preguntas para algo que no tenía respuesta, y siendo sincera consigo misma, no quería saberlo.