un paraguas Arruino mi vida

Casa

Las lágrimas brotaban de tus ojos al igual que gritos desgarradores, - SIEMPRE ES TODO MI CULPA, TODO ES MI CULPA, NO PUEDO HACER NADA BIEN - Decías aun amarrada a los hilos, tus ojos se empezaron a hinchar y a tornar rojizos de las lágrimas que caían, te sentías tan cumple y tan vacía en ese momento que ahora si solamente te querías matar.

Mientras llorabas tus lágrimas fueron interrumpidas por aquel hombre pelo-rosado el cual arruinó tú miserable vida. El hombre se acercó a ti y te empezó a dar cachetadas para que claramente dejaras de llorar, lo cual no fun funcionó por el echo de que no paraste de ver los cadáveres de tu familia.

-Mi chica del paraguas no llores más, no me gusta ver llorar al amor de mi vida - Al escuchar aquellas palabras no pudiste parar de sentir asco y enojo a su persona, tú solo eras una estudiante de segundo año la cual no tenía ni sueños ni esperanzas de vida.

-Por favor matame - dijiste entre lágrimas mirando a tu contrario con algo de odio y pena, siempre la idea de morir te tenía pensativa, tal vez era la mejor o la peor opción pero ahora la mejor opción era morir.

-nunca mataría a mi chica del paraguas - respondió el hombre peli-rosado con una sonrisa en los labios mirándote con felicidad en los ojos para luego golpearte y que sigas durmiendo.

Al despertar te encontrabas en un carro en pleno movimiento, en aquel carro estabas tu y aquel peli-rosado el cual estaba hablando por teléfono mientras conducía. Al terminar de hablar y al darse cuenta de que tu estabas despierta no dudo en empezar a hablar, - Estamos llegando a nuestro nueva casa cariño - dijo aquel peli-rosado con una sonrisa ignorando tu desgracia y tristeza.

Tu por tu parte ya no tenías lágrimas que soltar tus ojos estaban totalmente sin vida, todas tus cosas, todos los hermosos momentos que pasaste en aquel lugar, toda tu familia más importante ya de un abrir y cerrar de ojos se perdió, tus ojos estaban sin vida y sin alegría, su brillo se perdió.

El carro después de unos minutos se detuvo en una grande mansión hermosa y lujosa en la cual tu estarías viviendo, pero a que costo si al final te la pasarías encerrada en una habitación donde serías utilizada como objeto de cariño, un objeto sexual y un objeto de golpes para el desahogo de unos de los miembros de una mafia peligrosa.

"Si tan solo no le hubiera pasado mi paraguas " pensabas mientras eras llevada a un habitación donde serias brutalmente tirada a una cama y encerrada, pero para la sorpresa de el peli-rosado el cual no escucho quejas ni gritos de tu parte, ni cuando te llevo, ni cuando te encerró en aquella habitación.

Los días pasaban y sanzu te llevaba siempre comida pero tu presencia era como la de un fantasma al igual que tu apetito, simplemente nunca se notaba, tu vida fue arruinada y lo que menos querías ahora es un golpe de parte de el por tu comportamiento.

Habías bajado 3 kilos en una semana de la forma mas insana y pésima posible, claramente no comías ni tomabas el desayuno que se te servía pero a el no le importa verdad?.

-Hola señorita ___ soy unas de las sirvientas que la alimenta! Por favor me da para pasar? - dijo una de las sirvientas tocando la puerta, - Claro - dijiste sin ánimos, al escuchar esto la sirvienta pasó sin problemas.

-Mi señorita por favor coma lo que damos, usted me preocupa mucho... - dijo la sirvienta mirando el desayuno que se te sirvió hace horas para el desayuno con algo de tristeza y pena, - No tengo hambre - dijisye sin ánimos y con una voz rota y cansada.

-Okey mi señora lo entiendo ho no le voy a obligar a comer - Respondió algo desanimada y triste la sirvienta para luego dejar en el suelo tú almuerzo y retirarse.

Los días pasaban y la misma rutina seguía, sanzu entrando a tu "habitación" para exigir cariño o sexso, tu rechazando comida hasta que un día tus ojos se cerraron por la falta de alimentación...

Continuará..