Carta 7. (Primera parte)

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Hoy quisiera que estuvieras aquí.
Sé que por obvias razones no se puede y no se va a poder, pero sigo con la esperanza de que al leer mis cartas no me odies o no te fastidie.

Pues no existe fórmula para olvidarte.

Otra vez me desperté sola, cómo de costumbre, tu gato me vino a visitar y fue el culpable de que mi sueño se viera interrumpido.

Aún recuerdo cuando lo "adoptamos", fué la semana que te quedaste a dormir en casa, habías hecho de comer pollito asado y yo una ensalada.

-¿Quieres salir hoy?- dije ya que llevábamos tres días encerradas viendo películas y novelas en la tv.
- Creo que Mikel dará una fiesta ¿Quieres ir?- Dijiste, y juré que parecíamos ese matrimonio de años dónde se despiertan un día en calzones los dos y se ponen a hacer el desayuno, la única diferencia es que somos dos morras, que se la habían pasado todo el día en calzones y playera de tirantes (sin Bra obviamente), todo porque éramos libres.

-¿Me das chance de tomarme más de una cerveza?- Dije, tu siempre me limitabas el alcohol, por unos pedillos de hace unos años.

-no estaremos en el billar con el uniforme de la escuela, ahí si te puedes emborrachar y yo te cuidare-

-Bueno, entonces creo que necesitamos un baño y bueno, ponernos un poco más de ropa -

-¿Quien se baña primero?- dijiste

- tú mientras yo tiendo la cama-

-lo dices como si no supieras que me tardo mucho bañándome, pero mientras ¿Podrías ir por mi ropa a mi casa?-

-¿Y que te traigo?-

-algo que convine y ya si quieres te vistes con los mismos tonos y andamos convinadas-

Solo sonreí, dejaste tu plato sucio en el fregadero y cuando termine hice lo mismo.
Lave los trastes que se juntaron en la comida.

Después fui en bici hasta tu casa, abrí como me dijiste.

"Alzas un poco la puerta y si no la empujas un poquito fuerte"

Entre a tu cuarto, todo decorado con pósters de tus bandas favoritas, abrí tu ropero y como lo esperaba; estaba todo desordenado. No es como que yo fuera (ni sigo siendo) la morra más ordenada del mundo, pero bueno.

Tome una sudadera que hace mucho tiempo no te ponías porque se te iba a desgastar y era tu favorita, unos shorts negros, unas medias negras, la blusa roja que siempre usas en ocasiones especiales y en ese momento se cayó de algún lugar una hoja blanca con la primera flor que te di, pegada y seca con todo y fecha.

(23/09/1980)

Sentí muy lindo, así que regrese lo más rápido que pude a casa para poder convinar nuestros atuendos y obviamente para bañarme y no oler a pedo.

Usé unos jeans negros, mis converse todos puteados, mi camisa roja y mi sudadera negra.

-Creo que sí convinamos y se ve bien- dije arreglándome el cabello.

- debo admitir que elegiste bien-

Nos terminamos de arreglar y fuimos a comparar una botella de tequila barato, ya sabes "para no llegar de gorronas".

Llegamos y estaban todos los "ratiritos", saludaste a Mikel de beso en la mejilla casi labios, y yo fui a saludar a Julio.

-¿Y ese milagro que vienes a una peda?-

-Digamos que quería distraerme un rato-

-Bueno, te tengo que presentar a alguien- tu estabas platicando con Mikel, y como por arte de magia ya teníamos unos vasos con unas cubas preparadas.

Cartas a Julieta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora