El Circo de los Hermanos Bang.

5: Búsqueda del Tesoro.

decidí agregar otro cap, así que el que sigue ya sería el final jeje pero espero que este sea de su agrado

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Soonie y Doongie sentían que el ambiente en casa era tenso desde aquella noche; su padre se esforzaba mucho por parecer feliz con ellos, pero ya ni siquiera molestaba a tío Seungmin por teléfono ni a tío Felix cuando venía a casa, era como si realmente no estuviera ahí y les recordaba mucho a los días después de que mamá no regresó del hospital.

Recordaban a la perfección esos días, principalmente porque ellos estaban confundidos, esperando el momento en el que papá viajara al hospital y volviera con mamá; estuvieron dos semanas en el apartamento de tío Seungmin preguntando por ella, pero él sólo les dijo que papá pronto estaría con ellos. Cuando Minho volvió por ellos y los llevó a casa, lucía de la misma manera que hacía ahora, con las mejillas hundidas y grandes marcas moradas bajo los ojos, además que su sonrisa era triste.

Soonie temía preguntar si alguien más se había ido al cielo con mamá, temiendo que tratara de su abuela, Doongie le había dicho que era mejor esperar a que hablara con ellos o intentar preguntarle a tío Seungmin.

Era lunes, el circo se iría hoy en la noche directo a Seúl, ya no tendrían oportunidad de ver al señor Chan y su esposo Jeongin hacer cosas en la computadora ni a Hyunjin aparecer flores, Doongie ya no estaría interesado en los cuchillos debido a Jisung y Soonie no querría el látigo de Changbin, y estaba bien, eran niños, aprenderían a vivir sin ello, encontrarían otra cosa para entretenerse de la misma manera en la que cambiaban de profesión cada semana y no dolería la partida.

Pero, de alguna manera, Soonie y Doongie sospechaban que no era lo mismo para su padre, mirando la puerta con insistencia de vez en cuando mientras les servía el desayuno. Ellos eran pequeños, claro, no entendían muchas cosas de adultos, pero ambos escuchaban cosas y sin duda habían escuchado a tío Seungmin y tío Felix hablar con Jisung, entendían que algo había pasado con su padre hace muchos años, ¿eso era lo que hería a papá? ¿Qué Jisung se tuviera que ir?

—Papá, ¿puedo preguntarte algo?—preguntó Soonie mientras Minho le servía jugo en su vaso.

—Claro, princesa, ¿qué sucede?—Minho la miró con una pequeña sonrisa, luciendo tan cansado que Soonie tenía que evitar decirle que se fuera a dormir.

—En la escuela pronto harán eso de la semana de profesiones—aclaró la niña, haciendo que Doongie la mirara con el ceño fruncido—Me preguntaba qué querías ser tú cuando tenías nuestra edad.

Los mellizos miraron a su padre con expresiones idénticas de curiosidad, Dori demasiado entretenida revolviendo su comida en su silla alta como para prestar atención; los ojos del adulto parecieron brillar ante recuerdos más felices, el color tiñendo sus mejillas ante sueños de colores pastel, castillos construidos sobre las nubes, deseando volver a sentir que podría comerse el mundo si así lo deseaba, que las alas que tan lejos podrían llevarlo jamás fueron cortadas por las ideas de alguien más.

Minho, pensativo, apoyó los antebrazos sobre la barra de desayunos, tarareando un sonido alegre que hizo a los mellizos sonreír, sintiendo más familiar a su padre después de estos últimos días donde lucía más como un fantasma.

—Quería ser bailarín—confesó en voz baja, como quien comparte su más oscuro secreto en medio de la noche—Poder hacer lo que los acróbatas hacen, bailar en un escenario frente a miles de personas.

— ¿En serio?—preguntó Doongie con ojos brillantes.

—Sí, incluso cuando tenía 17 podía bailar sobre una cuerda floja—confesó con una risita, Soonie y Doongie coreándolo—No muy alejada del suelo, desde luego, y cuando bailaba con Ji-