Dios mío, llevo todo el día escribiendo esto ;-;
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—Papá, queremos ir al circo.
La petición de uno de sus hijos resonaba en los oídos de Minho con insistencia, intentando hacerse oír por encima de todos sus pendientes mientras se apresuraba a preparar almuerzos y mochilas, además de una pañalera para la menor de sus hijos.
Lee Minho era un padre soltero desde hace aproximadamente dos años, padre de tres hermosos, hiperactivos y exigentes hijos que amaba más que a nada en el mundo. Los mellizos, Soonie y Doongie, y la menor de todos Dori, que apenas balbuceaba y decía entrecortadas palabras para apoyar las ideas de sus hermanos mayores.
Aquella mañana, mientras intentaba peinar a Soonie a la par que se aseguraba que Dori no hiciera un desastre con su comida, su único hijo varón pidió ir al circo; ellos rara vez pedían algo, no tenían la necesidad de hacerlo ya que Minho todo les daba, pero los niños estaban acostumbrados a que su padre fuera un hombre ocupado, todo el día en la oficina, más acostumbrados a convivir con el tío Seungmin que con él, pero tampoco reprochaban nada, entendían que papá debía trabajar para que ellos pudieran seguir teniendo todas esas cosas.
Sin embargo, lo extrañaban; a veces sólo querían pasar el rato con él sin el temor de que recibiera una llamada que lo hiciera meterse de lleno en el trabajo. Minho lo intentaba, claro que sí, procuraba ignorar todo lo que podía las llamadas del trabajo mientras salía con sus hijos, les ayudaba con la tarea siempre que volvía del trabajo y escuchaba sobre su día, les leía cuentos antes de dormir, siempre les traía un pequeño regalo cuando volvía del trabajo. Los mayores habían sentenciado que era un buen papá, sólo que estaba ocupado.
Así que, después de que Soonie y Doongie lo hablaran con más de sus amigos, decidieron que querían ir al circo con su padre.
A Gimpo había llegado hace una semana un circo del que se había estado hablando por todos lados; Minho, al trabajar en el ayuntamiento, había estado recibiendo cientos de formas y permisos certificados que permitían al circo instalarse y hacer shows, era una de las razones por las que tenía tanto trabajo, pero varios de sus compañeros alegaban que era el mejor de todos los que han pisado Seúl en un buen rato.
No estaba desinformado sobre un circo llegando a la ciudad, simplemente pensó que sus hijos no estaban interesados en esas cosas, especialmente porque Soonie le temía a los payasos.
— ¿Y cuándo decidieron eso?—cuestionó Minho, terminando de sujetar el cabello rojizo de su hija en una coleta con un moño azul.
—Ayer, en el recreo—aclaró Doongie con las mejillas llenas de panqueques y miel, su cabello rojizo siendo tan indomable como el del propio Minho—Yeontan dijo que su papá lo llevaría este viernes, ¿podemos ir?
— ¿Ya lo pensaron bien?—preguntó Minho, dejando que Soonie volviera a desayunar para ir a limpiar a Dori y su desastre de papilla—Supongo que podremos ir el domingo, pero no quiero que cambien de opinión cuando sea sábado.
— ¿Habrá payasos?—cuestionó Soonie, mirando a Minho con enormes ojos curiosos.
—Claro, es un circo—respondió Doongie, alzando las manso al cielo—Pero no sé por qué te dan miedo, son divertidos.
—Son aterradores—respondió la niña, haciendo un mohín, antes seguir comiendo—Pero promete que no estaremos cerca de ellos, y que el tío Seungmin y tío Felix irán con nosotros, por favor.
Minho suspiró, sabiendo que llevar a aquel par significaba que Minho tenía que pagar sus boletos; después de que su esposa muriera hace un par de años debido al cáncer, Felix y Seungmin hicieron todo para ayudar a Minho a salir adelante, fueron quienes comenzaron a hacerle de niñeros sin goce de sueldo sólo para que Minho pudiera seguir trabajando sin preocupaciones; Felix trabajaba en la guardería donde cuidaban a Dori, así que él se encargaba de ella. Seungmin, al trabajar desde casa, recogía a los mellizos en la escuela y luego los llevaba con él para cuidarlos hasta que Minho volvía a casa después de recoger a Dori de con Felix.
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El Circo de los Hermanos Bang.
FanfictionLee Minho siempre ha odiado los circos, recuerdos de su juventud que prefería evitar, pero cuando sus hijos le piden que los lleve al nuevo circo en la ciudad, poco puede hacer para decirles que no. Quizá sea su forma de reconciliarse con el pasado...