4: Los Asombrosos Han.

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Me encanta el drama, vivo del drama, amo el drama, aquí hay drama jsjsjs

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Las palabras de su padre aún resonaban en sus oídos, el llanto de su madre rompía su corazón, Minho estaba aterrado y su única solución fue buscar a Jisung; el mundo entero estaba cambiando, pero aún había personas como su padre que se negaban a aceptarlo y, con eso, más personas como Minho seguían sintiéndose desamparadas, aterradas y con el corazón roto.

Se coló a las instalaciones del circo, sorteando los lugares iluminados, buscando al pequeño Tantor que lo llevaría a Jisung, el chico por el que todo había comenzado. Supondría que aquel verano sin duda significaría algo en la vida de Minho, sería el inicio de su nueva vida y dudaba de arrepentirse, esperaba que cuando mirara hacia atrás en algún futuro se sintiera satisfecho y orgulloso de sí mismo porque saldría adelante, incluso si perdió a su familia.

— ¿Minho?

Su voz emanando de la oscuridad hizo que el pelinegro se diera la vuelta y, sin pensarlo mucho, se arrojara a los brazos de Jisung, sabiendo que el chico siempre lo sostendría, se aseguraría de hacerlo incluso si eso significaba encajarle el cuchillo a alguien.

El menor envolvió la cintura de Minho con ambos brazos, alzándolo un poco del suelo, sintiendo el llanto del chico empaparle la camisa mientras se negaba a ser alejado, temiendo que volvieran los gritos, los golpes, las amenazas y el corazón roto de su madre. Necesitaba ser libre, ir a donde nadie más le arrebatara lo que era suyo, tener a Misuk, Felix y Seungmin era algo, pero Minho necesitaba más.

Quería ir con Jisung.

—Llévame contigo—suplicó entre sollozos, haciendo que el menor lo sujetara con fuerza—Por favor, Hannie, llévame contigo, iré a cualquier lugar, sácame de aquí.

— ¿Qué pasó? ¿Tú padre se enteró?—cuestionó el menor, su voz comenzando a sonar temblorosa debido al pánico— ¿Te hizo algo?

—Llévame contigo—siguió pidiendo, acurrucándose en el pecho del artista—Por favor, deja que me quede contigo.

...

Minho suspiró, sintiendo la ira burbujear en sus venas al igual que lava en un volcán a punto de hacer erupción, su vista fija en la carretera que era iluminada por los faros delanteros del auto, sus manos firmemente sujetas al volante mientras luchaba contra su necesidad de ir con una patrulla y notificar que un circo tenía secuestrados a sus hijos.

Estaba tan furioso, ¿acaso la autoridad de Minho respecto a sus hijos ni significaba nada para Seungmin y Felix? Si les pidió que no volvieran al circo era por algo, ¡maldita sea! Era para evitar estas cosas, precisamente, porque sabía cómo era Jisung, sabía que idearía un modo de conseguir lo que quería a costa de los demás.

Minho era muy permisivo con ellos respecto a cuidar a sus hijos porque sabía que hacían lo mejor que podían y, además, les ayudaba a formarse socialmente, pero una sola cosa les pidió, ¡una maldita jodida cosa!

Frustrado, comenzó a golpear el volante, sintiendo que fácilmente podría arrancarse el cabello de raíz al imaginar a Dori en brazos de Jisung, su pequeña Dori que le tenía miedo a los extraños, ¿y Soonie y Doongie? ¿Estarían a salvo de Jisung o también los tenía a ellos? Esperaba que Seungmin y Felix hubieran venido en auto porque una vez que tuviera a sus hijos con él, los haría volver por su cuenta a casa.

Las luces del circo comenzaron a ser notorias en la distancia; no había autos estacionados, lo que significaba que no había espectáculo, no obstante pareciera como si estuviera abierto al público. Luces de colores iluminaban la noche, música alegre comenzando a romper el silencio de la noche mientras Minho se estacionaba cerca de la entrada.

El Circo de los Hermanos Bang.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora